» Nuestra propuesta en AAIRA es hablar desde nuestra experiencia personal con Dios en el lenguaje musical que entendemos…»
Supongo que tu propia fe no sería igual sin la música: ¿cómo te ha acompañado la música en tu proceso de fe? ¿a qué te ha ido llevando? ¿cómo la ha modelado?
La música ha sido muy importante en mi vida y desde muy pequeño me ha generado mucho interés. Recuerdo que se me abrieron los ojos la primera vez que vi una batería y una guitarra eléctrica dentro de una iglesia, fue en los Mejicanos (Ntra. Sra. De Guadalupe) en Madrid que tenían un coro y una banda buenísimos.
Siempre me ha ayudado mucho a “hacer silencio”, a estar presente, y a centrarme más en el corazón y menos en la cabeza. Aunque también es fácil que provoque el efecto contrario y se convierta en una distracción, es una herramienta para hablar al alma muy poderosa pero también muy delicada. Una nota desafinada o fuera de tiempo, te puede hacer desconectar fácilmente.
¿Cómo definirías tu propuesta musical como evangelizador a través de ella?
Nuestra propuesta en AAIRA es hablar desde nuestra experiencia personal con Dios en el lenguaje musical que entendemos. No tenemos grandes pretensiones, simplemente queremos poner nuestra pequeña experiencia de fe y nuestros dones como banda al servicio del Jefe, y con un poco de suerte, tocar algún corazón. Además, disfrutamos a lo grande de lo que hacemos.
¿Cómo colaborar entre todos como iglesia a que surja más música católica y se busque más música católica?
Yo creo que la cuestión no está en hacer más música católica, si no en hacer música católica con mayor calidad.
Creo que para conseguirlo es necesario un mix de estos tres factores:
- Una rica experiencia personal de Dios,
- Fomentar la formación musical
- Facilitar la financiación de las producciones para poder presentar un proyecto de calidad.
Puedes tener una experiencia de Dios increíble que si no has desarrollado tu voz para cantar bien y desafinas, no vas a conseguir transmitir el mensaje. Por otra parte, si la producción no cumple con los estándares de la industria musical es muy difícil que enganche al oyente por muy bonita que sea una canción.
Los jóvenes son grandes consumidores de música… a veces acríticos con letras que pisotean algunos derechos y valores… ¿Cómo educar en un uso más espiritual de la música a nuestras nuevas generaciones?
Invirtiendo en los talentos musicales jóvenes que si hacen letras con trasfondo. Creo que no es una cuestión sólo educacional, también hay que generar música de calidad en el lenguaje y estilo de los chavales para que tengan la posibilidad de escoger otra música y además así fomentar la aparición de nuevos talentos que se sientan inspirados por sus predecesores creando un círculo virtuoso.
¿Cuál es la canción tuya que recomendarías a un animador de jóvenes para llevarlo a su actividad pastoral y por qué?
“Si tú supieras”. Creo que lo que realmente cambia y hace crecer a una persona es sentirse amado profundamente. El amor es la base de toda esta historia, esto es lo que nos da la auténtica libertad, y lo que nos empuja a los cristianos a seguir a Jesús. Todo lo demás es accesorio. Esta canción nos recuerda cuánto nos quiere nuestro Padre, muchas veces no somos conscientes o se nos olvida.
¿Alguna canción no explícitamente religiosa que te haya tocado y recomendarías por algo a los jóvenes?
“Broken Halos” de Chris Stapleton, sin ser una canción religiosa, habla de aquellos que ya no están entre nosotros pero que de alguna manera permanecen para cuidarnos. Además, es un artista con una voz y sensibilidad alucinantes que te deja los pelos de punta.