Entrevista a Jesús Cabello – Daniela Leal y Germán López

«Esto es una aventura que estuvo en el sueño de Dios: yo nunca me lo hubiera imaginado…»

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Cómo ha sido ese proceso de fe de encuentro con el padre a través de la música. Para iniciar desde ya con esta esta pequeña entrevista este pequeño encuentro cuéntanos un poquito de ti, Quién es Jesús Cabello. 

Quién es Jesús Cabello es la pregunta que me hago todos los días cuando me miro en el espejo: quién soy y sobre todo ¿ Quién quiere Dios que sea? Pues yo soy esposo, soy padre, soy profesor de lengua y literatura, pero la gente me conoce sobre todo por hacer música católica, hacer música para Dios y todo eso parte de una vocación personal, una respuesta: cuando yo era pequeño tuve leucemia y, bueno, a los cuatro años hubo una curación milagrosa, y eso generó en mí un deseo Insaciable de encontrar el sentido de la vida, y entonces pues pronto junto con Dios, con que mi hermano entra en el seminario y actualmente sacerdote… mi casa da un cambio grande, por muchos aspectos, y se juega también pues la capacidad de tocar, de cantar, de componer así de forma autodidacta, y empecé a hacerlo como una necesidad. Después empezó a gustarle a mis amigos y después a otras personas: se empezó a llegar a más gente y acabar cantando en sitios donde no te imaginabas que ibas a estar. Esto es una aventura que estuvo en el sueño de Dios: yo nunca me lo hubiera imaginado. A mí me gustaba el deporte, yo quería ser deportista, pero Dios me quiso músico, así que, me quitó el deporte y me dio una guitarra.

Qué bonito  es decir que Dios te ha ido llevando a donde ha querido en esas idas y venidas.

Sí y sin duda. Además, yo creo que siempre ha propiciado un encuentro, una persona, una palabra, una circunstancia para reconducirme, y yo creo que yo siento mucho a Dios en su Providencia, cómo ha ido guiándome. De hecho tengo una de las últimas canciones que se llama “Mi Guardián” y habla precisamente de eso, de que Dios desde siempre ha sido nuestro Guardián, y soy la causa y la consecuencia de su amor. Creo que todos podemos tener esa experiencia, los que no hemos sentido en las manos de Dios, y que nos hemos sentido atraídos poderosamente por Jesús.

Cómo la música ha sido clave en tu proceso de fe en tu relación con Dios. 

Pues mira, siempre lo cuento porque me parece muy curioso: mi hermano, cuando entra en el seminario y mi hermana, siete años mayor que yo, un día Íbamos montados en el coche cuando él estaba en primero de seminario, y yo escuchaba música pues secular, música comercial, y yo era muy joven, yo tenía 11 años. Recuerdo que puso un disco de un grupo español con mucha historia muy importante, también muy escuchado en América, que se llamaban Brotes de olivo, con un montón de producciones.  Yo pues le dije y esto qué es, así con desprecio y ella solamente me dijo una cosa: escucha. Aquéllo me atrajo poderosamente por lo que decía, no por como sonaba, porque no era un sonido muy profesional, pero por lo que contaba y me atrajo y se coló un poco con mi intuición por tocar la guitarra, y me sentía muy atraído por cantar esas canciones. Después ya me sentí llamado a participar en un foro de parroquia y eso me guio hacia gente que tenía más inquietudes que yo. Eso me hizo crecer en la fe y después el regalo fue el poder componer y poder tocar el corazón de la gente con lo que inspiraba Dios en mí. Todo ha sido un regalo, sobre todo lo último, pero fíjate que la capacidad es de escuchar, solamente escucha. 

 Y esa música me ha acompañado en el camino de fe, también en los momentos de prueba, los momentos en los cuales tiene uno duda, la música me ha servido de ancla. Yo decía que tantos momentos de mi vida ha encendido mi corazón, esto no es mentira no.

Qué bonito sí es descubrir una vocación que quizás no veías en el camino pero se te presenta de manera inesperada y qué bonito que eso sea testimonio también para otros, ver cómo Dios se manifiesta en lo ordinario. Otra pregunta: seguramente en cada canción hay una historia, un toquecito de Dios que te ha te ha dicho algo, te ha llamado y ha tocado el corazón para luego las escribas. ¿Qué ha sucedido antes de cada letra de cada canción que has escrito?

A lo mejor suena un poco vanidoso pero es cierto: el momento en el cual estás tocando la guitarra un acorde se te viene, una melodía y coges un papel y lápiz empiezas a escribir unos versos y de ahí sale otra cosa y así han salido canciones mías muy conocidas como En tus manos, como mi Guardián, como Espíritu, como tantas que a la gente le sirven. Yo pues las reconozco como un regalo. Hay autores como Alejandro Sanz, que es mi paisano de aquí de España, que es de música comercial y que dice que las canciones van volando y las pescas.  Es una forma de decir que en el fondo es el Espíritu Santo el que te está regalando esas canciones, es como que te afina el oído algo que ya se está moviendo en el ambiente, Cada canción tiene su historia pero lo que probado es que la música católica o la música para Dios debe tener una comunión especial con tu vida o sea que no voy a componer para que me llamen para ser alguien para proclamar. En España es imposible dedicarse a la música católica. Aquí vamos a pulmón y yo soy profesor de lengua y literatura. Realmente lo otro lo hago como Pastoral , como misión y como servicio. Pero uno no puede cantar lo que no vive, uno no puede cantar lo que no es o lo que no espera, lo que no desea, lo que no sueña, lo que no siente de Dios. Puedes cantar muy bien, puedes tocar muy bien, puedes componer muy bien pero el que toca el corazón es Dios.  Y si algo tiene la firma del Espíritu, al final tocará el corazón de la gente. Eso no significa que no haya que cuidar las formas, que no haya que cuidar la calidad, que no haya que dar en cada momento lo mejor que se pueda, de la mejor manera, ser profesional en el mejor sentido de la palabra. Pero sí es cierto que si uno no es lo que está cantando, mal vamos. Creo que también sería como conectar a través de la oración, de esos momentos de oración, de encuentro personal, que creo que son vitales. 

¿Qué valor le das a la oración dentro  de ese proceso que has ido descubriendo en la música?

Cuando yo empecé muy jovencito a seguir los pasos de Jesús era como un ideal, era el ideal y el conocerlo y la pasión por compartir y el cantar. La música me unió mucho a ese torrente de Gracia: iba a misa, evidentemente, pero no tenía una vida de oración porque no lo conocía. Sin embargo a los 17 años, unos amigos míos me invitaron a unos ejercicios espirituales de corte ignaciano, estar varios días en silencio absoluto haciendo oración siguiendo unas reflexiones del sacerdote, que aquello para un chico de 17 años era la muerte a pellizcos. O sea yo estaba desesperado: no sabía lo que hacer. Me decían: tú tienes que hablarle a Dios, tienes que contarle tus cosas,  y yo a la media hora ya se lo había contado todo y me quedaban cinco días Sin embargo, me puse a tirar de Dios, y al tercer día, 17 de agosto de 2001, a las 6 de la tarde estaba yo en un jardín, y fue en esa casa de espiritualidad preciosa en la que después conocí a mi mujer y después me casé siete años, pues estaba yo pensando en mis cosas y no sabía que estaba a tiro de Dios, y hubo un momento que sentí un abrazo que no sabía que necesitaba y que siempre había esperado, y se me encendió el corazón y empezó a llorar de alegría, se me abrió el entendimiento y reconocí que Jesús me había abrazado, que había tenido un encuentro con Jesús. Y conocí en ese momento la medida del amor, a qué amor podía y debía aspirar, al amor infinito de Dios. Ya había conocido el amor y ese amor se ha manifestado con fuerza en muchos momentos de mi vida. A diario Dios me va a buscar en la oración, a veces con más intensidad, otras veces con menos intensidad, porque eso es así, es una relación que al final pues se convierte en cotidiana.  Y eso tiene su encanto, la relación con Dios que no sea de subidón sino que sea de cotidiano, de amor cotidiano, como de familia, que a veces tiene momentos más intensos y otras veces menos intenso. Pero el acudir frecuentemente a esa oración hace que se vea la vida de otra manera completamente distinta, que tenga perspectiva. 

A veces los seres humanos vemos la vida a través del canutillo del papel higiénico, y sin embargo Dios lo ve en panorámico y nos muestra unas posibilidades maravillosas. Yo, que me dedico a la educación de los jóvenes, hay veces que digo que no podría estar en un sitio mejor. Yo podría dedicarme a la música en un momento dado, en Estados Unidos, y sin embargo lo rechacé porque no quería estar alejado de esa realidad, tan cotidiana y tan sencilla, como es la vida de adolescentes que están encontrando su sitio.  Y esa capacidad, creo yo, de ver en lo pequeño la grandeza solamente la da la oración, y poner los pies en el suelo con esa capacidad de ver la grandeza de lo cotidiano. la grandeza de lo pequeño y las semillas del Reino de Dios en cada paso, solamente lo puede dar la oración.

Desde la dinámica del mercado de la música y sus dificultades, tú crees que la música católica ha podido lograr cierto impulso y ha recibido cierta captación o sientes que aún sigue rezagada. 

Bueno yo creo que el recodo de la música católica es el mismo que el número de personas que siguen a Jesús, no podemos esperar que la música corra un camino largo. Sin embargo yo lo que he visto una gran fusión a través de las redes sociales que han globalizado nuestro mundo o sea para lo bueno y para lo malo no y yo lo que estoy viendo es que la música católica sitúa el mensaje de Jesús de forma atractiva al alcance de cualquiera que esté buscando y tengo testimonio de muchísimas personas, que algunas las conozco otras no las conozco, pero personas que conozco que han estado alejados de la fe y que en un momento de su vida han sentido una tormenta y se han planteado muchas cosas. Es más sencillo bucear las redes sociales y curiosear en cómo viven a otras personas que son felices a través de escuchar música ahí hay un acercamiento a Dios y hay conversión.  La música católica tampoco podemos divinizar porque no deja de ser un instrumento, no es el fin, igual que otros medios del arte, la música católica se usa como un instrumento para tocar el corazón de la persona. Pero el reclamo de la música católica es el mismo que el de los católicos practicantes es decir si hay más católicos practicantes pues más gente consumirá música católica, si hay menos católicos practicantes, pues consumirá menos música católica. 

 

Cada vez somos más músicos o sea que han proliferado en todos los países: es una auténtica maravilla porque lejos de ser una competencia está que cada uno en su ámbito está sembrando de forma poderosa. Somos conocidos por mucha gente y cuando nos juntamos vemos que muchísima gente está acercándose a través de la música. La fe es fundamental y yo confío en que Dios no desperdicia materia prima: si está inspirando canciones si está inspirando música a tantísimos hermanos de tantísimos sitios y de tantísimos idiomas es porque realmente esto produce un efecto y eso tiene un papel en la historia de formación de cada persona. 

Como bien sabes nosotros desde la red de pastoral juvenil estamos vinculados con jóvenes y con personas que están animando grupos, procesos pastorales en parroquias colegios universidades: cuál canción tuya le recomendarías a un animador de jóvenes para que la lleve a la pastoral juvenil y por qué la recomendarías.

Hay muchas: me han hecho muchos encargos de ese tipo para pastora juvenil, pero sin embargo hubo un momento en el cual me vino una canción que tardé mucho tiempo en terminar y sin embargo era algo obsesivo, era algo como que no me la podía quitar de la cabeza, y no sé una sensación que me ha pasado con muchas canciones pero con esa me acuerdo perfectamente, y era bucle. Entraba en bucle y era lo primero que pensaba por la mañana lo último que pensaba por la noche y me ha demostrado el tiempo que ha hecho mucho bien a la gente y de hecho el catecismo de la conferencia española para jóvenes la ha incorporado junto con muchas canciones de otros países. Se trata de resucitar.  El Cristiano debe caer en la cuenta de que esto no se acaba aquí ni siquiera acaba en el cielo sino que estamos llamados a formar cuerpo.  Yo no tengo un cuerpo, sino que yo soy un cuerpo que tenemos que entregar que integrar y entregar desde el amor para poder desarrollarnos como personas y poder ser santo y que en esa clave de resurrección en cuerpo y alma, la de Jesús y la nuestra futura, es donde uno se da cuenta de que el proyecto de Dios es maravilloso y que Dios no se equivoca.  Yo creo que tanto la forma como en el fondo Resucita creo que sería una buena opción.

Y alguna canción que no sea necesariamente católica que tú le recomendarías a un joven para que la escuchara. 

Todos tenemos una historia de fe distinta y tenemos un profesor distinto, venimos de sitios distintos: hay gente que se acerca la fe desde la curiosidad, otro desde la simpatía, otro desde el dolor, otros desde un vacío, desde una herida, desde una pérdida de una persona o de un ser querido y depende de la historia de cada persona pues la canción sería distinta. 

Yo creo que Dios tiene canciones para todos porque ya insisto en que la música es un instrumento, es como un faro que en la tormenta que marca el por dónde tienes que seguir. Lo importante no es el faro, lo importante es llegar a tierra y seguir caminando. Así que no sé, eso sería una cosa muy complicada, pues habría que conocer la historia de cada joven para poder hacer y para poder dar el reclamo. Pero tal vez sí dar una invitación a los jóvenes para que estén muy atentos y dispuestos al encuentro. Porque Dios aparece en cualquier momento, en cualquier elemento de nuestra realidad, de la cotidianidad: si no estamos atentos se puede pasar y no nos damos ni por enterados de que él estuvo allí tocando la puerta para que nosotros la abriéramos. 

Una última pregunta: algún artista católico que nos quisieras recomendar que tú sigas y que tú digas que es buenísimo, que este descubrimiento se lo recomiendo.

Tengo la suerte de tener amistad profunda con muchísimos hermanos de la música católica: desde atrás, Pablo Martínez, no sé tantos a los que cuando tengo necesidad y tengo un problema los llamo y me encuentro hermanos ahí.  Y encima después han hecho su música y digo que son mis hermanos: tengo una debilidad especial por eso, me siento regalado también a través de la familia que Dios me ha dado a través de la música.  Creo que por todo lo que tiene, por cómo transmite, por esa visión del continente digital y también de músico, de profesor, de todo, yo creo que si me tuviera que dar con uno sería Pablo Martínez.  Nos reunimos porque hace poco dio la casualidad que estuvimos juntos en Madrid y fuimos compañeros de piso: nos dejaron una residencia para que estuviéramos los dos varios días y es una persona sensacional con muchísimas cosas en común conmigo: los dos tenemos un único hijo y éramos similares, hemos sido docentes yo creo que Pablo es un misionero, no es un cantante más católico, no es un artista, sino que es un misionero, un misionero del continente digital y aprovecha todos los medios posibles para que no se quede ningún cabo suelto y poder llegar a mucha gente a través del arte o de la de la cultura. Yo creo que Pablo Martínez sería un buen candidato para que tuvieran ese podio listo.

Entrevista completa en Youtube: https://youtu.be/UQ55ng_py9I

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