“Enséñalo a tus hijos, Israel” (Dt 6,7) – Javier Alonso

“Enséñalo a tus hijos, Israel” (Dt 6,7)

Javier Alonso Sch.P

https://www.religionyescuela.com/actualidad/ensenalo-a-tus-hijos-israel-dt-67/

El relato de la Pascua nos enseña que hay que recuperar el protagonismo de la familia y de la comunidad en la transmisión de la identidad cultural y religiosa, ya que educar también es transmitir la herencia recibida.

 

El pueblo judío celebra la Pascua en la luna llena del equinoccio de primavera en memoria de la noche en la que Dios lo liberó de la esclavitud mediante una serie de intervenciones providenciales. Dios manda a Moisés celebrar esta fiesta: “Este será un día memorable para vosotros, y lo celebraréis como fiesta en honor de Yahvé de generación en generación. Decretaréis que sea fiesta para siempre” (Ex 12,14).

La celebración de la Pascua se celebra ordinariamente en el ámbito familiar. Consta de una serie de ritos hogareños descritos en Séder de Pésaj en los cuales se conmemora la liberación de la esclavitud y la transformación de su conciencia como nación libre y dotada de una ley. En la cena pascual, la familia comparte pan ázimo en recuerdo de la travesía por el desierto, y se sirve cordero y hierbas amargas. También se bebe vino, signo de la abundancia de la tierra prometida, y se deja una silla libre para la venida de Elías.

El padre de familia relata la historia de la salida de Egipto: “En aquel día harás saber a tu hijo: «Esto es con motivo de lo que hizo conmigo Yahvé cuando salí de Egipto»” (Ex 13,8). Quien provoca el relato es el menor de la familia, quien se dirige solemnemente a su padre para formularle una pregunta: “¿En qué se diferencia (esta noche de Séder de otras noches del año)?”. Con eso, da lugar a que el padre le comience a contar toda la historia de la liberación del pueblo judío por obra de Dios.

El rito de la Pascua, con toda su rica simbología, va unido a una narración que tiene una sólida enseñanza práctica para la vida. La familia es el lugar privilegiado donde se transmite la tradición cultural y religiosa de Israel. Posteriormente, aparecerán las escuelas rabínicas donde se estudia la Torá. Dios entrega a su pueblo el más importante de todos los mandamientos: “Escucha, Israel, el Señor es tu único Dios” (Dt 6,4). Cuando acaba, le manda transmitir estas enseñanzas a sus hijos: “Incúlcalas a tus hijos y háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas de viaje, al acostarte y al levantarte” (Dt 6,7).

La educación necesita ritos que tengan una fuerte carga simbólica, que sean capaces de transmitir unas tradiciones y refuercen la identidad comunitaria. Los relatos y los ritos funcionan en el espacio educativo como uno de los mejores y más efectivos medios para construir la identidad personal y alcanzar la integración social. Con ellos, se protegen los conocimientos y las prácticas que dan sentido y valor a una cultura. La Biblia enseña que la educación comienza en la familia que consiste en la transmisión de una tradición cultural y religiosa heredada desde antiguo. Mantener la práctica de los ritos y conservar la memoria de los relatos fortalece los vínculos de Dios con el pueblo.

La educación de la modernidad truncó el proceso educativo que se daba de modo natural dentro de una comunidad y al lado de la familia, reduciéndolo a una esfera externa (escuela) especializada en la enseñanza de conceptos y habilidades con una finalidad utilitarista. En este paradigma de la educación, se perdió el protagonismo de la familia y del pueblo (comunidad) en la transmisión de la cultura. Y, por supuesto, también se minusvaloró el poder de los ritos y los relatos en la construcción de la identidad.

Memoria transmitida

El relato de la Pascua nos enseña que hay que recuperar el protagonismo de los padres en la transmisión de la identidad cultural y religiosa. Para ello, deberían pertenecer a una comunidad más amplia que dé sentido a su propuesta educativa, un pueblo que tenga una cultura suficientemente elaborada que ponga en el centro a la persona. Esta transmisión de la identidad se hace a través de relatos que recoge la memoria de ese pueblo. En ellos, se transmiten principios, valores y normas de conducta. Los ritos tienen una fuerte carga simbólica que da sentido a los relatos. La educación en la escuela tiene sentido si se une a la familia y a la comunidad en un mismo proyecto compartido.