EN EL ENCUENTRO DE MÚSICOS CATÓLICOS CONTEMPORÁNEOS PRIMA CONECTAR CON LOS JÓVENES – Vicente Luis García (Txenti)

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Vicente Luis García (Txenti)

Comunicador cristiano

txentiberria@gmail.com

Los pasados días 3 al 5 de noviembre se celebró en Zaragoza la IX edición del encuentro de músicos católicos contemporáneos que organiza la subdelegación de pastoral con jóvenes de la Conferencia Episcopal Española.

En el marco de este encuentro, y desde hace seis años se entregan los premios Spera que abarcan diferentes categorías y reconocen la labor tanto individual como colectiva de artistas y promotores de la música católica en España y en Latinoamérica, además de otros reconocimientos a una larga trayectoria profesional.

Ambiente

El ambiente de este encuentro es siempre muy bueno. Los veteranos y las nuevas promesas comparten el escenario y se crean «grupos improvisados» que sin haber cantado nunca juntos conjuntan sus voces e instrumentos a la perfección. ¡Son unos artistas!

Para las comidas intencionadamente en cada servicio uno busca juntarse con nuevos compañeros de mesa. Así es como surgen nuevos proyectos y colaboraciones en algunas ocasiones.

El ambiente de este encuentro es siempre muy bueno

Toda una vida

Hace algunas ediciones se estableció como primer acto escuchar el testimonio de algunos de los artistas con trayectoria profesional. En esta ocasión intervinieron el aragonés Juan Yzuel y, por videoconferencia desde Argentina, Athenas.

Dos biografías diferentes que fueron desglosadas con la ayuda de David Santafé que hacía de moderador del momento. Juan Yzuel comenzó recordando su infancia ligada al negocio familiar donde desde muy pequeño aprendió a servir en el restaurante y a moverse en eventos BBC, bodas, bautizos y comuniones, que con los años también le resultaría de utilidad. Yzuel ingresó de chaval en los escolapios y allí fue descubriendo su vocación al sacerdocio misionero. Ello le llevó a vivir hermosas experiencias en América y África. Más adelante descubriría su vocación a formar una familia y decidió dar el paso. Y durante todos esos pasos de su vida la música, de una manera u otra, siempre estuvo presente, desde las joticas que en familia ofrecían al final de los banquetes en el restaurante hasta su proyecto EsperanzArte que recibió uno de los reconocimientos Spera por sus 19 años en funcionamiento.

La vida de la cantante argentina dio un giro cuando con pocos años se presentó a un concurso para pequeños talentos musicales en su país y acabó seleccionada para el quinteto que se formó y que le permitió hacer sus primeras giras artísticas y saborear los primeros aplausos. Tras unos años en la música secular descubrió que aquello no terminaba de llenarle y que lo que sentía en el fondo de su corazón era la necesidad de cantar para Dios. De la mano de otros artistas católicos fue entrando en este mundo hasta que la seleccionaron para cantar en la JMJ de Río de Janeiro. El pasado año fue seleccionada también para los Grammy Latinos de música cristiana y en sus redes sociales ha alcanzado la cifra de los 700 mil seguidores. Ahora, con su marido, también músico, diseñan juntos su trabajo musical.

Charlas y conferencias

Otro apartado de estos encuentros son las charlas motivacionales o de asesoramiento técnico. Este año corrieron a cargo de Juan Pedro Castellano, director de la Fundación Edelvives y de Toño Casado, sacerdote, compositor de canciones y de los últimos musicales con gran acogida en España, 33, Vía Crucis” y el que se representará durante el mes de abril, Sueños, basado en la vida y obra de san Juan Bosco. 

Castellano hizo un recorrido por su vida y cómo Dios le ha llevado a ser testigo y parte de grandes proyectos solidarios y, en medio de todo ello, la música, de alguna manera, ha estado presente.

Toño habló del papel de la música en la Iglesia, en la liturgia y en el resto de la vida de la Iglesia. Expuso «sin anestesia» algunas de las realidades que afectan a los coros parroquiales y a los artistas católicos, pero siempre con una llamada a la esperanza y al buen trabajo profesional.

Canta pero Camina

Pero no todo es teoría, más aún, sobre todo es música en acción y en oración. Desde la misa matutina del sábado en la que la feligresía son todos ellos un gran coro de buenas voces; o la Vigilia de Adoración que este año tuvo como marco singular la santa capilla de la Virgen del Pilar de Zaragoza, dos horas donde se sucedían los artistas y en la variedad de estilos estaba la riqueza de ese momento; los Laudes del domingo y, finalmente, la misa de clausura celebrada en el altar mayor de la basílica del Pilar y presidida por el arzobispo Carlos Escribano, quien en su homilía alentó a los artistas a seguir ofreciendo el don que Dios ha puesto en cada uno de ellos. Valoró el esfuerzo y la necesidad de aceptar los nuevos lenguajes de la música, sobre todo para conectar con la gente joven.

Premios Spera

Esa apuesta por la juventud, por los nuevos lenguajes de la música, quedó patente en la noche de los premios Spera y el protagonismo de Aisha, la rapera que a ritmo de hip hop cuenta a las nuevas generaciones que Dios pinta algo, y mucho, en su vida. Sus temas son un canto de primer anuncio. 

El premio artista revelación se lo llevó un joven sacerdote, Juan Baena, que comenzó a componer hace escasamente dos años, pero que su disco, nacido de la experiencia de los ejercicios ignacianos le ha llevado a merecer este premio. 

Otro ejemplo de apuesta por la juventud está en los reconocimientos que se hicieron a la web www.jovenescatolicos.es; o a la delegación de pastoral con jóvenes de Madrid por la puesta en marcha de Madrid Live Talent.

Los veteranos también tuvieron su reconocimiento a su prolija labor y a sus giras y conciertos. Este año fueron César Hidalgo y Nico Montero los galardonados. Otra veterana de la música católica, Olga Martinez, también recibió su premio Spera por la mejor canción de adoración/alabanza.

El musical Vía Crucis de Toño Casado también gozó del reconocimiento del jurado. 

Entre los reconocimientos a la veteranía y el buen hacer los premios Spera de este año se fijaron en el programa de EWTN Canta y no llores que conduce el cantautor hispano uruguayo Luis Alfredo Díaz, quien es toda una institución en la historia de la música católica en el mundo hispano, y a la familia chilena de Valivan que hoy, desde su residencia en Los Cabos (Asturias) siguen produciendo material para la catequesis y la evangelización.

Más jóvenes

Otro de los alicientes de este encuentro son las voces que se suman al mismo sin necesidad de «sperar» un reconocimiento durante el mismo. Así, este año, entre otros, acudieron Celia Salamanca o James Herrera, que además fueron los conductores de la gala de los premios. Pero también acudió la jovencísima Irene desde Cáceres donde canta en su parroquia y colabora con la catequesis, o Melisa, natural de argentina pero que vive en Alicante y cuya voz encandiló durante la vigilia del sábado, una voz que promete; o las dos hermanas filipinas de las Siervas de Jesús a las que «por obediencia» las dijeron que tenían que acudir al encuentro y allí también pudieron cantar en inglés.

Y desde hace tres años no faltaron al encuentro los componentes de En Clave de Dios y Fray Madu, el franciscano cordobés que lo mismo canta una canción que te hace un truco de magia. 

Como todo en esta vida, nunca llueve a gusto de todos y siempre habrá voces discrepantes, con el encuentro, con los premios Spera, con promocionar más a los juniors que a los seniors, con hacerlo en el norte o hacerlo en el sur… y todos tienen su parte de razón y sus argumentos. Pero, como me dijo Nacho Cano, que formó parte del jurado, «la Iglesia necesita volver a los orígenes de cuando la música era un elemento central de su vida» solo que hoy, y también lo añadía él, tiene que hacerlo con un nuevo lenguaje, y a quienes hoy aciertan a dar con la tecla de la conexión musical con las nuevas generaciones «darles bolo».

Otro de los alicientes de este encuentro son las voces que se suman al mismo.