Carlos Askunze
En octubre de 2011, se encomendó públicamente por parte de la Comunidad Cristiana Escolapia de la Provincia de Emaús en Bilbao, a los dos primeros ministros de la transformación social. Este ministerio se sumaba a los de pastoral y de la educación cristiana, reconociendo por tanto el carácter ministerial del servicio de animación de estos tres ámbitos de la identidad y misión escolapias.
Tal y como se recoge en su estatuto, «entendemos por Ministerio de la Transformación Social la encomienda que hace la Comunidad Cristiana Escolapia a algunos laicos que comparten nuestra misión y/o carisma para que se responsabilicen específicamente de un ámbito de la dimensión social escolapia o de la comunidad, en constante comunión con los demás ministerios y órganos de la vida y misión de las Escuelas Pías». Se trata, por tanto, de animar esta dimensión de la Comunidad y de sus plataformas de misión, relacionada con nuestra contribución a la transformación social e incluye tareas relacionadas con la sensibilización y la formación, el acompañamiento de procesos e iniciativas socialmente transformadoras, el crecimiento personal y vocacional en este ámbito, la conexión con otras iniciativas sociales y eclesiales, así como prestar una especial atención a los desafíos que nuestro tiempo y mundo presentan.
Mi experiencia como ministro en este ámbito ha sido muy positiva. En primer lugar, por lo que conlleva de reconocimiento vocacional y envío comunitario. Por otro lado, por la oportunidad de acompañar el dinamismo transformador que, en estos tiempos, ha crecido de forma importante tanto a nivel de la comunidad como de sus plataformas educativas, pastorales y sociales de misión. Doy gracias a Dios por esta oportunidad de crecimiento personal y comunitario que supone hacer de nuestras vidas instrumentos para hacer un mundo mejor, tal y como también soñó y vivió José de Calasanz.