El grupo scout como herramienta educativa y evangelizadora desde el MSC

por JESÚS MARÍA GUISADO

¿Quiénes somos los Scouts? ¿Qué hacemos? ¿Cuál es nuestra propuesta educativa? ¿Cómo, cuándo y dónde participamos?

Cambiar el mundo, ser felices, proteger al débil, sonreír ante las dificultades, respetar la naturaleza, amar al prójimo…, cuando pienso en qué son los Scouts veo todas estas cosas. 

Muchas familias se acercan a nuestros grupos porque quieren que sus hijos vayan de excursión y se relacionen con otros niños y niñas de su edad pero ser Scout es mucho más.  

El Escultismo es un método de educación en el Tiempo Libre, es el mejor complemento que puede tiene la Escuela para formar hombres y mujeres libres, íntegros y comprometidos.

 

Los scouts creemos que es posible construir un mundo mejor, que los valores dan sentido a la vida y que el compromiso personal es la mejor herramienta con la que se puede transformar la realidad.

De acuerdo con esta filosofía, todos los scouts compartimos una misma concepción del ser humano, una expresión común de los valores en los que creemos y un mismo compromiso de vida que asumimos libremente. Por eso podemos decir que el escultismo propone una ideología que se resume en lo siguiente:

Una persona que busca a Dios y descubre el sentido de la comunidad:

Optamos por una educación del sentido trascendente de la persona, que la integre con más fuerza en el mundo en que vive y la ayude a transformarlo con un sentido fraternal y solidario, y a permitir que sus miembros vivan desde el escultismo su opción libre por el Evangelio.

Una persona al servicio de los demás y comprometida con la sociedad:

Optamos por una educación que, desarrollando un modo de entender y vivir la vida que les enraíce más en su entorno, les dé un espíritu crítico frente a la realidad social y les haga hombres y mujeres comprometidos y responsables en la consecución de una sociedad más justa.

Una persona que asume el protagonismo de su vida y su futuro:

Optamos por una educación liberadora de la persona, que asegura que cada muchacho o muchacha que se adhiere voluntariamente a la asociación, sea el protagonista de su propio progreso, desarrollando su capacidad crítica y solidaria, desde un sistema de valores inspirado en el Evangelio.

Los valores son algo fundamental para cada uno de nosotros, aquello en lo que creemos y que orienta nuestra vida; en el escultismo expresamos estos valores de una manera concreta y pedagógica a través de la Ley Scout.

Este decálogo es un conjunto de valores universales que propone una forma concreta de vida, una propuesta que realiza el escultismo cuya aceptación o no, es necesariamente una libre opción personal.

1. El scout es digno de confianza.

2. El scout es leal.

3. El scout es útil y ayuda a los demás.

4. El scout es hermano de todos.

5. El scout es respetuoso.

6. El scout reconoce en la naturaleza la obra de Dios y la protege.

7. El scout termina lo que empieza.

8. El scout afronta las dificultades con alegría.

9. El scout es austero y trabajador.

10. El scout es sano, sincero y honrado.

Cuando el chaval comienza a asumir compromisos adultos y a tomar opciones serias en su vida, sus compañeros, compañeras y educadores le invitan a confrontar ese proyecto de vida que comienza a cuajar, con el que propone el escultismo.

A partir de esa reflexión cada chaval puede libremente expresar el compromiso de esforzarse al máximo por protagonizar su propio desarrollo, haciendo suyos los valores expresados en la Ley Scout.  Este compromiso es celebrado solemnemente con su unidad en un ambiente de fiesta y de oración, es la Promesa Scout.

Para poder llevar a cabo todo esto hemos desarrollado un método educativo .El método Scout

En los scouts solemos decir que nuestro método es un sistema porque está formado por distintos elementos que se complementan y se integran.

El método parte de una idea fundamental: confía en que cada chaval es capaz de hacerse cargo de su propio desarrollo, él es el actor principal del proceso de la educación.

El método sólo es el cuadro estructurado que sirve de guía y de soporte; a esta idea de partida la llamamos autoeducación.

Esta es, para nosotros, la clave del progreso personal: cada chaval desarrollará sus capacidades y sus centros de interés para descubrir y desarrollar nuevas capacidades y nuevos intereses, según su propio ritmo.

 Los principales elementos que forman el método scout son los siguientes:

Vivir experiencias

La tendencia más frecuente que tenemos los adultos hacia los chavales es darles lecciones, hablando de nuestras experiencias pasadas; pero las lecciones les aburren: ellos no están muy de acuerdo con sentarse tranquilamente a escuchar a los adultos, quieren hacer cosas por ellos

mismos, quieren experimentar y estar activos.

Por eso, en el escultismo aprendemos a través de la experiencia concreta, y no de una enseñanza teórica: reconocemos el valor de las actividades espontáneas de los chavales y confiamos en ellas como motor de la experiencia scout, que se convierte en un sinónimo de acción y de aventura.

Formamos un equipo y nos organizamos a través de diferentes cargos.

De esta forma, el escultismo no está basado en una serie de lecciones o de exámenes: para alcanzar un objetivo educativo, los responsables scouts proponemos o aprovechamos una actividad propuesta por los chavales de acuerdo con sus intereses para que la experiencia vivida

les permita descubrir y poner en práctica las habilidades, actitudes y conocimientos importantes para ellos.

Si tenemos algo que comentar, o lecciones que aprender, tendrán lugar después, no antes de la actividad: un chaval comprenderá mejor lo que le decimos si lo puede relacionar con una experiencia que ya tiene; por esta razón desde su origen el escultismo se ha definido como una pedagogía activa, en la que se aprende de lo que se vive.

Relacionadas a través de proyectos

El protagonismo del chaval en su propio proceso educativo es una de las grandes intuiciones pedagógicas del escultismo. Fue enunciada por BP a principios de siglo XX, aunque su aplicación ha evolucionado con el tiempo, como verás a continuación.

El sistema de proyectos otorga mucho más protagonismo a los chavales, que proponen, eligen, desarrollan y evalúan la actividad, según una secuencia pedagógica de reflexión-acción-reflexión.   Parece claro que el trabajo por proyectos sitúa al chaval como protagonista de su educación, pero también debemos tener en cuenta que es muy exigente con los responsables y con los chavales:

El proyecto también incluye un programa, pero no entendido como una serie de actividades, sino como un conjunto de valores, reservando la elección de la actividad al chaval; de esta forma, el programa de valores define el campo de juego del escultismo, y el trabajo por proyectos permite al chaval elegir las actividades que le permiten recorrerlo.

A grandes rasgos, y teniendo en cuenta que existen diferencias en su aplicación en cada grupo de edad o rama, el proyecto tiene las siguientes fases:

  • Reflexión: aprendemos a proponer, elegir y planificar
  • Acción: realizamos nuestro proyecto
  • Reflexión: profundizamos evaluando y celebrando

El método scout confía en que cada chaval es capaz de hacerse cargo de su propio desarrollo.

La construcción de una pequeña sociedad democrática

La vida en grupo es una fuente de experiencias que contribuye al desarrollo afectivo y social de la persona, porque genera actitudes positivas y facilita una adquisición progresiva de valores a través de la experiencia personal, de una propuesta de vida (la ley scout), en el marco de un pequeño grupo, cada chaval descubre, de forma natural el verdadero sentido de los valores que el escultismo quiere promover.
Así, proponiendo a los chavales la vida de grupo, pretendemos facilitar la adquisición y el desarrollo de actitudes y valores tanto personales (actitud positiva ante la vida, autoconfianza, espíritu emprendedor, capacidad de formularse unos objetivos que alcanzar, etc) como sociales (espíritu de equipo, búsqueda de consenso, aceptación de las diferencias, experiencia de la solidaridad, etc.).
Para el escultismo, la vida en pequeño grupo significa la construcción de una pequeña sociedad, en la que el chaval se inicia a la vida comunitaria y democrática gracias al juego institucional que le propone el método scout.

Este juego tiene varios elementos que se interrelacionan: la asociación natural en pandillas de amigos, la posibilidad de asumir y confiar responsabilidades, de representar y ser representado, la existencia de espacios democráticos para la toma de decisiones y la evaluación; de esta manera, conviven el entusiasmo de los chavales con la experiencia de los responsables, desde una apuesta clara de igualdad de derechos y responsabilidades entre chicos y chicas.

Integrada por equipos
Un equipo no es una subdivisión del grupo: es la célula base, la estructura en la que se asienta la unidad. Facilita a cada persona una participación más intensa en su vida y su gestión, porque permite la participación activa en el pequeño y en el gran grupo, gracias al trabajo por proyectos sitúa al chaval como protagonista de su educación e interacción entre los equipos y el ejercicio de representar y delegar. De este modo, la patrulla (pequeño grupo) es una fórmula de participación que permite a los chavales descubrir y aceptar gradualmente responsabilidades y formarse para la autogestión.

Se invita al desarrollo de responsabilidades personales
Dentro de la patrulla (nombre que se usa en el escultismo para hablar del pequeño grupo), cada scout juega un papel, tiene una responsabilidad real, que es vital para la vida del pequeño grupo; estas responsabilidades concretas se llaman cargos de servicio, y también existen a nivel de unidad.
Cada patrulla tiene un secretario, un responsable de material, un tesorero, etc, así como un coordinador de patrulla que no es un adulto sino un chaval aceptado por los otros como responsable del grupo pequeño. La existencia de distintos cargos de servicio, supone el reconocimiento de roles diferenciados con responsabilidades concretas asumidas por los chavales de forma paulatina, y combinando los ritmos naturales de cada persona con las necesidades de la patrulla y la unidad.
Gracias a ellas cada uno de los chavales son conscientes de tener una responsabilidad individual en la buena marcha de la vida de su patrulla y de su unidad; por eso también son una parte importante en el desarrollo del progreso personal de cada scout.
La vida en pequeño grupo significa la construcción de una pequeña sociedad.

Comprometido con la igualdad de chicos y chicas
En el escultismo católico hemos abanderado históricamente la apuesta por la coeducación dentro del movimiento scout; en nuestras unidades y equipos se educan juntos los chicos y las chicas con un proyecto de crecimiento común, basado en la igualdad de derechos y deberes, respetando las particularidades propias de cada persona y cooperando para conseguir un estilo de vida basado en la confianza, el respeto, la compresión y la aceptación recíproca.

Actividades atractivas que invitan a avanzar ayudando a cada scout a progresar
En los scouts tratamos de desarrollar una educación positiva.
Para lograrlo ofrecemos a cada muchacho los medios para que protagonice su propio desarrollo, avanzando a su ritmo hacia los objetivos educativos y tomando constancia de su progreso.
En la pedagogía scout, el progreso tiene una serie de características que lo definen y que lo hacen muy peculiar:
• Es relativo a cada persona, ya que los pasos de progreso son particulares y diferenciados para cada una, de manera que lo que para un chaval puede ser algo normal, para otro puede ser un gran logro que deben reconocer y valorar sus compañeros y los responsables.
• Es autorregulado, porque, aunque los responsables debemos motivar el progreso, es el propio chaval el que decide hasta donde quiere dar.
• No es competitivo, sino que la unidad o la patrulla vive el progreso de cada miembro, lo integra y lo valora como parte del progreso comunitario.
• Es valorado por el propio chaval y por el grupo de iguales, de manera que los responsables no somos los únicos encargados de valorarlo.

Formamos un equipo y nos organizamos a través de diferentes cargos.

De esta forma, el escultismo no está basado en una serie de lecciones o de exámenes: para alcanzar un objetivo educativo, los responsables scouts proponemos o aprovechamos una actividad propuesta por los chavales de acuerdo con sus intereses para que la experiencia vivida

les permita descubrir y poner en práctica las habilidades, actitudes y conocimientos importantes para ellos.

Si tenemos algo que comentar, o lecciones que aprender, tendrán lugar después, no antes de la actividad: un chaval comprenderá mejor lo que le decimos si lo puede relacionar con una experiencia que ya tiene; por esta razón desde su origen el escultismo se ha definido como una pedagogía activa, en la que se aprende de lo que se vive.

Los pasos de progreso indican la intención y el compromiso por parte del chaval de lograr un objetivo, no la consecución del mismo; reconocer el progreso no pretende premiar sino simbolizar un compromiso para reforzarlo. Disfrutando del juego dentro de un marco simbólico.

Los símbolos son una llamada a la imaginación y a la creatividad; estimulan la identificación, la cohesión de grupo y el sentimiento de solidaridad entre sus miembros. El marco simbólico Scout está formado por un conjunto de símbolos que representan la propuesta educativa del escultismo: la pañoleta, la flor de lis, el color de las unidades, la camisa, las canciones, las tradiciones, las ceremonias, etc., son elementos con significado para nosotros. Todos ellos ayudan a crear un escenario, una atmósfera que contiene los valores y la propuesta del movimiento, y lo hace más accesible a los chavales.
Este juego permite a los niños, niñas y jóvenes adoptar la propuesta del movimiento y ser los protagonistas (en vez de los consumidores) del sistema educativo scout. Para facilitarlo, el marco simbólico es diferente en cada rama, porque es necesario adaptarse al nivel de comprensión y a los centros de interés de cada edad.
El marco simbólico scout se hace presente y se vive a través del juego, elemento sin el cual no puede entenderse el método scout.
El juego es uno de los educadores principales en el escultismo porque tiene como consecuencia el gusto por el aprendizaje, el querer saber, gracias a sus características esenciales: la acción, la imaginación, la diversión, la asociación en equipos, el reparto de papeles y el respeto a las reglas pactadas.

Ofreciendo la naturaleza como espacio de libertad
La naturaleza, que para BP era un club, un laboratorio y un templo, es el lugar ideal y preferente para las actividades scouts.
El marco natural nos abre un vasto espectro de actividades apasionantes, que pueden ser adaptadas a cada edad: las marchas, la exploración, la observación de la fauna y de la flora, los campamentos, etc. Éstas son las actividades básicas del escultismo.
Además, la vida en la naturaleza es una experiencia comunitaria de gran riqueza; los chavales tienen que realizar juntos determinadas tareas necesarias para la vida diaria: decidir la ruta, escoger el lugar de acampada y el montaje, preparar las comidas, protegerse de la intemperie, etc.
Para nosotros, la naturaleza es también el lugar privilegiado para desarrollar la espiritualidad; la vida en contacto con el medio natural ayuda al chaval a descubrir las maravillas de la creación, a preguntarse por el sentido del ser humano en el universo y así poder abrirse a la posibilidad del encuentro con Dios.
La naturaleza no es sólo un ambiente, es también un método: está presente en la formación de los equipos y de la unidad, en la utilización del juego frente a la instrucción, en el aprendizaje natural de la democracia a través del choque de egoísmos, en la transformación positiva de cada persona en libertad.
En el escultismo damos valor a lo natural que se puede encontrar en el propio ser humano, entendiendo por ello la sencillez, la austeridad, en la confianza entre los chavales, es decir, la ausencia de las falsas necesidades que en ocasiones nos imponemos y en la transparencia en las relaciones humanas.
Para poder llevar a cabo todo esto tenemos un método educativo.

En resumen:

Los grupos scout somos:
• Un grupo educativo en el tiempo libre abierto a todos
• Una aventura en la que el chaval es el protagonista
• Una oferta de educación no formal desarrollada por voluntarios
• Un buen lugar para crecer en la fe
• Un espacio de encuentro e integración de culturas y realidades diversas
• Un lugar en el que cada persona se siente libre, apoyada, querida y motivada para desarrollar su personalidad por sí misma y alcanzar sus propias metas.

Somos una comunidad educativa…
• Que hace realidad un proyecto
• Comprometida con la familia
• Integrada en la comunidad cristiana
• Enraizada en su entorno

Nuestra base es el Programa de Jóvenes del movimiento, que gira en torno al crecimiento del chaval en todas sus dimensiones:
• Su personalidad
• Sus capacidades intelectuales
• Su salud
• Sus emociones
• Su sentido social
• Su experiencia espiritual

Queremos transformar la realidad…
• Ayudando a cada chaval a desarrollar todas sus dimensiones
• Desde un sistema de valores del escultismo, inspirado en el evangelio
• Llevando a cabo nuestro proyecto educativo con un mismo compromiso de vida
• En una identidad cristiana y católica
• Avanzando y aprendiendo de la experiencia
• Planificando, realizando y evaluando

Trabajamos…
• Asumiendo distintas responsabilidades
• Tomando las decisiones democráticamente
• Integrando a personas con distinta experiencia
• Descubriendo nuestras cualidades
• Marcándonos retos personales
• Promoviendo la igualdad

En pequeños grupos de edad consecutivos:
– La colonia de los Castores (de 6 a 8 años)
– La manada de los Lobatos (de 8 a 12 años)
– La unidad de los Exploradores (de 12 a 15 años)
– La unidad de los Pioneros (de 15 a 18 años)
– Los clanes o Agrupaciones Rutas (de 18 a 21 años)
– El Kraal de responsables, el equipo de adultos que realiza este voluntariado

 

Por último, destacar la importancia de la GRATUIDAD de todos los miembros y educadores del movimiento. Su tiempo, su compromiso y su disponibilidad.
Decir que un Grupo Scout es una comunidad de vida en la que todos ponemos lo mejor de nosotros mismos. En ella se viven momentos que te hacen crecer como persona.

Momentos de sufrimiento cuando no puedes más y tienes que continuar la marcha para llegar al campamento. Momentos de solidaridad cuando tu compañero tiene sed y tienes que compartir lo poco que te queda. Momentos de apoyo a aquel que no es tan fuerte como tú y necesita que cargues con lo suyo. Momentos de humildad cuando tienes que reconocer tus debilidades. Momentos de alegría cuando llegas al final de tu etapa. Momentos de superación en los que con ayuda de tu pequeño grupo consigues aquello que era inimaginable. Momentos de separación cuando tienes que dejar a algunos de tus compañeros para comenzar tu nueva etapa. Momentos de oración donde descubres que Dios está cerca de ti y te traspasa con ese viento que te manda. Momentos de silencio en las noches cuando solo te acompañan las estrellas. Momentos de hermandad, de descubrimiento, de dolor, de felicidad, de creación, en definitiva de vida!.
Creemos que esta es la única forma de poder cambiar el mundo educando gente sana, abierta, libre, respetuosa, alegre, divertida… y este es el objetivo del Scout.