EL GRUPO DE VIDA. UN TESORO INVALUABLE
En los espacios pastorales en los que he participado y acompañado han sido variadas y abundantes las herramientas y apoyos pedagógicos para crecer y fortalecer la experiencia de seguimiento de Jesús. Una de las principales es contar con un grupo de vida conformado por personas diversas que comparten sus ideas y reflexiones en una dinámica sinodal y de trabajo en equipo. Pero, va más allá…
Un grupo de vida es una oportunidad para crear vínculos fraternos que se mantienen en el tiempo y la distancia compartiendo principios, criterios pastorales y opciones históricas vitales que son un faro que orientan el caminar en la misión. No se agota en una relacional emocional o de amistad sino en una conexión vital alrededor de la persona de Jesús. Realmente es un tesoro poder participar de esta experiencia de grupo de vida con otros compañeros y compañeras de camino. No siempre sale bien pero hay que intentarlo porque bien merece la pena. Algunas características son:
1.Construcción colectiva del conocimiento: Nadie es poseedor único del conocimiento. Es aprender haciendo en grupo. Intercambiamos experiencias, hacemos análisis, buscamos problemáticas y soluciones con el aporte de múltiples miradas. Es una planificación participativa donde valoramos y recuperamos los aportes de todos.
2.Experiencia de conversión: El proceso hace una invitación constante a la oración comunitaria y la conversión integral. El grupo de vida es el ambiente que posibilita la transformación personal y comunitaria. Nadie se salva solo, nos salvamos en comunidad. Una realidad no cambia si se aísla; ese cambio se da en una experiencia comunitaria porque no es suficiente el esfuerzo personal. “Un solo corazón y una sola alma” (Hc 4, 22).
3-Apoyo solidario: Pretendemos en el grupo de vida crear ambientes de solidaridad que superen lo meramente emotivo e intimista. Con el aporte de cada uno (a) vivimos momentos de comunicación profunda entre nosotros que motive la ayuda mutua. Es crear un clima de hogar y de confianza para la revisión de los aspectos centrales en la pastoral.
4.Revisión crítica: Es hacer el esfuerzo de escuchar al otro de manera empática con los oídos, la mente y el corazón sintiéndonos responsables de la realidad de nuestro entorno eclesial y social, haciendo nuevas propuestas de transformación en perspectiva de futuro. Es ser cada vez más acertados en nuestros aportes al otro para que lleguemos al corazón de la problemática y encontremos caminos de solución en conjunto.
Se necesita de actitudes de respeto mutuo, apertura, confianza, escucha, cariño y una mirada misericordiosa frente al otro para favorecer esta bonita experiencia. Agradezco a la vida haber vivido estos procesos comunitarios como participante y acompañante en el Seminario de Planificación Pastoral y otros espacios donde he podido cultivar amigas y amigos de vida y fe que han marcado mi existencia para siempre. Brindemos esta oportunidad a los jóvenes que están siempre dispuestos a compartir con otros compañeros sus búsquedas e inquietudes.
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