“El Cisne Negro” es su metáfora sobre la incertidumbre. Nuestro mundo está gobernado por lo imprevisto plantea Nicholas Taleb. Nadie calculaba la crisis actual en su país y mucho menos en el mundo, tomándonos por sorpresa y colocando en “jaque” los sistemas sanitarios que se han quedado cortos ante la demanda de pacientes covid 19.
Tenemos la tendencia natural a fijarnos sólo en los casos que confirman nuestra historia y nuestra visión del mundo. Cuando nuestra mente se habitúa a una determinada visión del mundo considera únicamente los casos que la confirman.
Ver los cisnes blancos es lo normal pero no confirma la inexistencia de cisnes negros. Nuestro bagaje, contrario a lo que se piensa, no aumenta a partir de una serie de hechos que van confirmando nuestras creencias y concepciones de la vida.
Nuestras obras artísticas y científicas son productos de nuestra necesidad de “imponer cierto orden en las cosas”. Tanto una novela, un mito o una teoría científica nos ahorran la complejidad del mundo, y nos protegen del caos.
Tendemos a utilizar el conocimiento lógico y racional como una terapia, como estrategia curativa contra la incertidumbre. Es entonces, cuando la incursión de un cisne negro desestabiliza la tranquilidad de lo conocido y nos coloca en un escenario sin antecedentes donde no tenemos el control. La incertidumbre es parte de la vida y debemos aprender que el conocimiento no es más que nuestra idea de la realidad.
«Es necesario aprender a navegar en un océano de incertidumbres a través de archipiélagos de certeza». Edgar Morin
La actual situación límite puede ser una aceleración en el desarrollo de la humanidad “No va a ser todo igual”. Pero esto puede tomar diferentes rumbos concentrando el poder en unos privilegiados y agravando las desigualdades e injusticias entre los pueblos o las tendencias de vida nos pueden llevar hacia un nuevo orden social en el que la participación de los ciudadanos conectados en red potencien la creatividad, la solidaridad y la cooperación hacia el cuidado de la Madre Tierra y el bien común para todos.
¿Cuáles son las etapas que se pueden experimentar ante la incertidumbre?
Colapso: No hay orden y se pierde la perspectiva. Negación de lo que está pasando. ¿Por qué a mí? ¿Por qué justo en este momento?
Supervivencia: Sobrevivir como los mínimos recursos y un estilo de vida sencillo y solidario.
Prosperar: Recuperándose y replanteando el proyecto de vida personal y comunitario en el nuevo contexto.
Trascender: Apostar por una evolución y ver el trasfondo e impacto que se generan en estos momentos críticos dejando una huella que oriente a las nuevas generaciones.
Los jóvenes pueden ser sujetos participes del cambio y el desarrollo, si se les brindan las oportunidades de educación y trabajo actualizado para afrontar los retos de la Pandemia del siglo XXI. Es importante, ayudar a generar las condiciones favorables para empoderar a las nuevas generaciones desde una pedagogía de la incertidumbre que les ayude a adaptarse a los cambios que traen los cisnes negros.
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