Editorial nº 537 Tocar a Jesús – Juan Carlos de la Riva

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No están los jóvenes para rollos, nos dicen los sociólogos: que no leen, que, si algo se puede hacer en tres minutos, no le dedicarán cinco, que son más emocionales, que su escuela es la experiencia, que son más de «tocar» y menos de razonar, que son más de inducir de la vida que de deducir de los principios… Crece entonces la convicción de que, si de alguna manera podría crecer en ellos la fe, no va a ser por vía de la aceptación de teorías y creencias, sino por la convicción personal que lo vivido en propia carne pueda reportarles.

Por eso hemos titulado este número Tocar a Jesús. Queremos reflexionar sobre la experiencia directa de Jesús, ese tic especial que debería tener toda actividad pastoral para que sea encuentro con el Pastor. Y lo hacemos con el buen sabor aún de la lectura de la Christus Vivit, que le propone al joven precisamente esto:

«Si alcanzas a valorar con el corazón la belleza de este anuncio y te dejas encontrar por el Señor; si te dejas amar y salvar por Él; si entras en amistad con Él y empiezas a conversar con Cristo vivo sobre las cosas concretas de tu vida, esa será la gran experiencia, esa será la experiencia fundamental que sostendrá tu vida cristiana. Esa es también la experiencia que podrás comunicar a otros jóvenes. Porque “no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva”» (Christus Vivit 129).

Igual que Jesús hablaba del Reino de Dios más con parábolas evocadoras que con doctrinas demostrativas, y, sobre todo, prefería señalarlo y mostrarlo más que demostrarlo, así también nosotros propondremos una pastoral «señaladora»: aquella viudita que da lo que no tiene, este granito que crece y crece, el romano que confía y el Zaqueo que cambia… Jesús señalaba el Reino y a sus hijos e hijas. Hoy el anuncio sigue siendo el Reino, su vivencia y su construcción, solo que no lo rebajaremos, no le quitaremos el «de Dios» para dejarlo en «mundo feliz», «utopía», «reino de las libertades», «cambio eco-social» o cualquier palabra que se acomode en los medios; no somos una ONG y queremos que ese Reino sea «del Dios revelado en Jesús». Así que nos toca decir dónde y cómo vemos a Jesús, y señalarlo y mostrarlo en los lugares que ya están viendo los jóvenes, pero sin reconocer a Jesús. Porque para Jesús la cooperación es amor de entrega, la meditación es amor de Abba, la fiesta es anticipo del Reino, la amistad es comunión, y la libertad es el olvido de sí. Ni más ni menos. Con Jesús las cosas cambian y adquieren la trascendencia a la que son llamadas en dinámica de Reino. Entraremos en ese juego de los discípulos de Emaús, un proceso de reconocimiento y arder del corazón, que habilita para afrontar luego la ausencia del maestro.

En este número encontrarás propuesta pastoral en esos lugares donde el propio Jesús nos apuntó que le podríamos tocar: en el pobre, en el sencillo, en lo escondido, en la comunidad, en el perdón, en la lucha, en el pan partido y en la cruz, también en la cruz. Pero, en todos, resucitado, vivo y queriendo que vivamos, joven y transmitiendo juventud.

Descarga aquí el artículo en PDF   RPJ nº 537-junio-2019 – Editorial

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