ECHARSE AL AGUA – Josep Perich

Josep Perich

Se cuenta que un poblado de pescadores fue sacudido por una terrible tempestad. La gente acudió al puerto. Temían por sus barcas. Corrían el riesgo de hundirse. Mientras la multitud miraba llena de espanto el espectáculo, una ráfaga de viento hizo caer un niño al agua. Las impetuosas olas lo balanceaban arriba y abajo. El pánico cundía entre la gente.

En este preciso momento un joven salta al agua y lucha con todas sus fuerzas para recuperar el niño.

Ya en tierra firme, entrega al niño a su madre, toda la gente emocionada le aplaude. ¡Era un héroe!

Pero… el joven mira y remira a su derecha y a su izquierda.

¿Qué buscas? ¿A quién buscas? le preguntan-.

¡Al que me empujó! fue su respuesta -.

Reflexión:

Nuestra presencia en la Parroquia (misa, grupos, servicios…) puede ser vivida…

  • Como un lugar de «refugio», un lugar que nos permite sobrevivir a la rutina diaria, un lugar donde «no aprendes nada de malo», … pero que no sacude nuestro «ir tirando», ni nos lleva a hacernos presentes con el talante de Jesús allí donde diariamente nos movemos.
  • Como un «trampolín», un empujón de Alguien que nos envíe hacia el exterior. Nuestros vecinos, los compañeros de trabajo, los padres de la escuela, las entidades de las que formamos parte (o deberíamos formar), … ¿encuentran en nosotros aquellas actitudes de Jesús como: la sensibilidad por los más débiles, el espíritu crítico ante las injusticias, la implicación personal, la gratuidad del darnos, el ser promotor de perdón y reconciliación cuando «pintan bastos», la de ofrecernos cuando hay una llamada a la solidaridad, a desprendernos del dinero ante una emergencia, a detectar cómo Dios trabaja en el corazón de las personas y compartirlo sin vergüenza ni complejos …?

Y también un empuje de Alguien que nos invita a tomar parte activa en el interior de la comunidad cristiana o Parroquia. ¿Cuántas veces a lo largo del año se piden voluntarios para hacer un servicio o participar en una actividad que va más allá de la Misa y preferimos cómodamente escondernos en el anonimato?

Todos necesitamos el empuje de Alguien que nos arranque de la mediocridad. Aunque no estemos muy seguros, ¡después iremos a darle las gracias!