¿Donde está Dios? En la familia – Raúl Santiago

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“Que el Señor nuestro Dios esté con nosotros, como estuvo con nuestros antepasados; que nunca nos deje, ni nos abandone” 1 Reyes 8:57

Actualmente lo jóvenes se cuestionan donde está el señor, porque no se muestra, no nos da su ayuda…  La fe se queda flotante en nuestras mentes sin encontrar una salida. Una fe que muchos intentamos compartir, sin caer en la cuenta que la fe de cada uno es diferente, es un Don de Dios que cada uno de nosotros debemos de descubrir: en la iglesia, en nuestras casas, en nuestro trabajo, hobbies, amigos… entre otros. Queremos ser vuestra ayuda en vuestra búsqueda de la fe, desde los jóvenes hasta los ministros de Dios. 

El primer lugar donde nos vamos a mover, no es muy lejos de nuestra realidad cotidiana. Estamos hablando de la familia. Nuestras madres, padres, hermanos, abuelos… son las personas con las que pasaremos la mayor parte de nuestra vida, o por lo menos, las que personas con las que, pase lo que pase, siempre estarán a vuestro lado, como Dios con su hijo amado. Nuestras familias, nos verán crecer, caernos, lograr grandes cosas, apoyarnos, corregirnos, ayudarnos ¿Os suena? Dios mandó a su hijo por medio del Espíritu Santo. Nació en un pesebre con el cariño de María y José, fue adorado desde su nacimiento. Creció a los ojos de Dios. Cuando fue juzgado, Dios los perdonaba, cuando Cristo cayó por tercera vez, Dios le estaba esperando con los brazos abiertos…

Dios se presenta a nosotros en forma de familia. Cada navidad, es el momento en el que las familias nos juntamos para celebrar juntos este acontecimiento. Con una cena copiosa, canciones, recuerdos y felicidad, ¿Y quién nos da esa felicidad? Pues nos reunimos entorno a Cristo, celebrar su nacimiento, y el presente en nosotros, y esto ocurre en nochebuena, no es casualidad.

Durante todo el año, tenemos discusiones con nuestras familias, con nuestro hermano o hermana, con nuestra madre, con nuestro padre, porque no nos entiende, o porque no les prestamos atención, y no les hablamos durante un tiempo, estando nosotros tal vez lejos de casa… Cuando eso ocurra, y estés dando un paseo, o en tu habitación, habla con él, te escucha y será ese momento en el que comprenderás lo que ocurre, y cristo ya te esté esperando para reconciliar, y tu corazón se fortalecerá.

En cada familiar, en cada uno de ellos, Dios te esta esperando con los brazos abiertos.

Para terminar, Santiago Martín Cañizares, sacerdote de la Diócesis de Zamora, nos plantea la siguiente reflexión:

“La familia, ese don de Dios creado para que nosotros aprendamos a superar las dificultades del día a día. Quien carece de padres tiene más difícil aprender lo que es la ternura, la corrección por el bien del otro, aun cuando tenga consecuencias para nosotros mismos: Cuantas veces los padres se auto castigan al castigar a sus hijos para corregir y enmendar sus errores. Quien carece de hermanos tienen más difícil aprender lo que es tener un compañero de camino, que uno no elige, pero que ama. Por eso nosotros, los cristianos, hemos de ser la familia de los que no la tiene: tiernos, compañeros de camino y hermanos que ayudan a superarse.”