DIÁLOGO ENTRE DIFERENTES – Francisco

He presenciado reacciones ante las novedades y las diversidades lícitas no con sabiduría sino con rigidez mental. En mi opinión, eso sucede porque se asustan y porque quieren obligarse a realizar una elección clara que les ayude en la construcción de su propia identidad, me refiero a una verdadera y única identidad… Pero creo que son las diversidades y su desarrollo los que enriquecen profundamente y hacen que nuestra sociedad avance, en tanto en cuanto no hay nada más útil que el diálogo entre las diversidades. 

El diálogo es fecundidad: nos permite conocer realmente al ser humano, en profundidad. El propio diálogo entre los jóvenes y los ancianos es un diálogo en la continuidad, una continuidad histórica, y podemos decir que es también un diálogo con ciertas discontinuidades, es decir, con diversidades heterogéneas. La diversidad nos permite ahondar en el alma y en el corazón: no existe o el blanco o el negro; existen el blanco, el negro y el gris, y después existen también todos los matices del gris.

La propia vida es gris, es un camino de búsqueda hacia el cual no podemos ser rígidos, sino, como sociedad, orgullosamente variopintos. Quien se lanza sobre los extremos y sobre la propensión a la rigidez es un miedoso, se esconde en la rigidez y lo hace como defensa.

Detrás y debajo de toda rigidez hay siempre un problema no resuelto y también, puede darse el caso, una enfermedad. Nos defiende de la rigidez una actitud humilde, abierta a los demás, la actitud de quien sabe escuchar. La humildad es un favor que nos hacemos a nosotros mismos.