DÍA CATORCE – Fernando Negro

A propósito de la re-actividad y la pro-actividad, hablemos hoy de la asertividad. Una persona asertiva es aquella que dice lo que piensa y siente sin pedir permiso y sin justificarse acerca de lo que dice. La asertividad es el arte de manifestar hacia fuera lo que de verdad tenemos dentro.

La persona asertiva no busca herir al otro, sino liberar la energía vital que le la habita, aunque a veces tenga que afrontar conflictos de relación interpersonal. Es mejor haber cometido un error tratando de expresarse verbalmente, que callar a base de reprimir el verdadero yo. Tarde o temprano las represiones trabajan en contra de nuestro crecimiento.

Una persona asertiva invita al diálogo y la relación interpersonal. Además, la persona asertiva  crea unidad y confianza, pues todos saben dónde se encuentra a nivel emocional (sentimientos), intelectual (pensamientos) y de preferencias (voluntad y deseo).

Sin embargo la mayor parte de las veces escondemos nuestro propio ser detrás de una máscara porque tememos ser asertivos y manifestar quiénes somos de verdad. Las causas que nos llevan a tal funcionamiento disfuncional pueden ser variadas:

  • Miedo a perder la amistad o la buena reputación que hemos ganado a base de esfuerzo, especialmente con ciertas figuras de autoridad.
  • La baja autoestima que nos lleva a creer que nuestras aportaciones son insustanciales y de poca valía.
  • Miedo al conflicto. De esa manera callamos y asentimos con ideas y posturas que son contrarias a las nuestras, aunque esta dinámica nos haga sufrir inmensamente.
  • Falta de claridad intelectual a la hora de exponer de manera lógica y sólida lo que querríamos decir.
  • Miedo a la verdad. La verdad es una luz que puede condenarnos. Por eso, a veces, preferimos callarla. Nos perdemos así la experiencia de que de verdad “la verdad nos hace libres”.

Tratamos de preguntarnos acerca de nuestras relaciones interpersonales para ver si realmente somos asertivos, en qué circunstancias lo somos y en cuáles no lo somos, por qué ocurre todo esto, cómo afecta a nuestra manera de ser y de relacionarnos honestamente o enmascaradamente.

“La Vida es un proceso. El amor es su origen. Este proceso se desarrolla en el amor, y es guiado por el amor. Como la larva se convierte en mariposa, así mi vida ha de transformarse y transfigurarse. Pero el sufrimiento y el dolor son ingredientes esenciales para que esto suceda. Amor y Vida sin pena son sólo una ficción que nos lleva a ninguna parte.

Estoy dispuesto a vender todo para así ganar la vida en abundancia. Quiero vivir enamorado, amar para vivir en plenitud. Quiero convertirme en mariposa, libre para amar.”