¿De verdad la pastoral en nuestro centro es lo más importante? – Óscar Alonso

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Aquello que para nosotros es importante lo es no porque repetimos hasta la saciedad que lo es sino porque nuestro corazón, nuestros recursos, nuestras acciones y opciones, nuestros tiempos, espacios y criterios así lo expresan. Algo parecido sucede cuando hablamos de la pastoral en la escuela, la pastoral escolar, la escuela en pastoral o la expresión que mejor nos parezca en cada época. Por eso, ahora que nuestras escuelas católicas están en boca de partidos políticos y del futuro del concierto económico que hace posible que estemos presentes en el mundo educativo, es bueno que los equipos directivos y equipos docentes nos preguntemos si de verdad la pastoral en nuestro centro es lo más importante.

Pero no solo: sino que nos demos tiempo para que la respuesta no sea una especie de autoconvencimiento de que sí o de que no, sino que la respuesta sea una evaluación global del centro en clave pastoral, que la respuesta sea si nuestro colegio está siendo testimonio de Evangelio, de la alegría del mismo y de las actitudes y compromisos que se derivan de la praxis del proyecto de vida de Jesús. Las demás evaluaciones son interesantes, nos ofrecerán datos, nos dirán si somos un centro de calidad, si el bilingüismo puede pasar a trilingüismo, si el trabajo cooperativo va bien, si las destrezas de pensamiento funcionan y si somos líderes en adquisición de competencias y en el desarrollo de las inteligencias múltiples, y todo eso está genial, pero nuestra misión… ¿dónde queda? ¿Cómo la evaluamos?

Y es que lo que es importante no lo es porque decimos que lo es sino porque toda nuestra vida y obras así lo testimonian. Y la pastoral en la escuela es lo más importante cuando no nos cuestionamos si lo es sino cuando la vida de nuestros centros se vertebra en torno a ella, de modo implícito y de modo explícito. Hoy en este ámbito, como en otros, se lleva mucho decir sin decir, hacer oración sin llamarle oración, hablar de Dios sin nombrarle, ser muy solidarios pero sin enraizar esa solidaridad vital en el proyecto de Jesús… y así creemos que hacemos más asumible a la gente (profesores, familias y alumnos) aquello que debiera ser verdaderamente lo que nos hace no solo necesarios sino determinantes en el mundo educativo.

Me hace gracia algo que he leído últimamente en algunos escritos: eso de que la pastoral es una transversal en nuestros centros. Me pregunto qué significa eso o, mejor, qué se quiere decir cuando se dice eso. La pastoral, me perdonen los que eso afirman, no es tal cosa. La pastoral es (o debiera ser) vertebral en nuestros centros. Y si no lo es no estamos siendo honestos con nuestra misión de escuelas católicas en el mundo educativo actual.

Hoy que la natalidad ya nos avisa de que en un futuro muy próximo muchos colegios no tendrán razón de ser porque no habrá muchachos para todos, sería justo que todos examináramos si la razón de ser y estar hoy en el mundo educativo es aquella que nos llevó a él: anunciar con verdadera alegría el proyecto de vida de Jesús. Examinemos nuestros horarios, nuestras contrataciones, nuestros tiempos… todo aquello que expresa sin dobleces ni demasiadas interpretaciones qué es lo importante en nuestros centros y actuemos en consecuencia. Lo demás son buenos propósitos y mejores intenciones, pero acaba dejándonos donde estábamos. Bueno, acaba llevándonos a un lugar en el nunca estuvimos.

Creo que necesitamos creernos y apostar verdaderamente para que la pastoral educativa esté en los currículos, para que nos creamos que las relaciones evangelizan, para que el diálogo fe-cultura lo sea en nuestras escuelas, para que a todos se anuncie el Evangelio y se les hable de Jesús, para que no haya lugar en nuestras escuelas a una especie de mal funcionariado que acaba con todo: con las raíces, con las ganas, con la convivencia, con la enseñanza y con nuestra razón de ser.

Me gusta recordar y citar una frase que Maria Inés Furtado de Mendoça, superiora general de la Congregación Hijas de Jesús, pronunció en el XI Congreso de Escuelas Católicas celebrado en Toledo hace unos años: «Nuestra pastoral educativa tiene como objetivo fundamental poner a profesores y alumnos en contacto con Jesús, dándoles la oportunidad de disfrutar de esa relación y de que puedan volver a ella cuando lo deseen y/o lo necesiten en el camino de su vida».

Eso hace que la pastoral en nuestros centros sea algo verdaderamente importante. Es más, que sea algo vertebrador y determinante. Ojalá nuestros planteamientos vayan caminando en esta dirección.

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