DE LA CULPA A LA ALEGRÍA, GRACIAS AL ENCUENTRO. CAMPO DE TRABAJO EN CEUTA AGOSTO 2022 – Movimiento Calasanz de Bilbao

Etiquetas:

DE LA CULPA A LA ALEGRÍA, GRACIAS AL ENCUENTRO​ Descarga aquí el artículo en PDF

Jóvenes del catecumenado juvenil del Movimiento Calasanz de Bilbao, Vitoria, Logroño, Tolosa y Granada

https://www.itakaescolapios.org

Os presentamos dos artículos que recogen parte de la experiencia vivida en Ceuta por 16 jóvenes (y algunos no tanto) de diferentes provincias escolapias de Emaús. Conocieron otra realidad en la que no somos conscientes en nuestro día a día. Pudieron contemplar con los sentimientos a flor de piel la injusticia de la que formamos parte. Tuvieron la oportunidad de viajar al norte de África a la ciudad autónoma de Ceuta. La propuesta surgió de la necesidad de dar respuesta de las inquietudes vocacionales. Así nos cuentan su experiencia.

 

CETI: CENTRO ESTANCIA TEMPORAL DE INMIGRANTES 

Los libros de historia nos cuentan que hace aproximadamente 200 años que desapareció la esclavitud en España y que hace 74 años fue la Declaración Universal de los Derechos Humanos ¿pero es esto verdad?

Lunes 29 de agosto, 10 de la mañana: salgo del albergue con un mensaje de buenos días de mi madre seguido de una foto de mi familia desayunando en la terraza.

Empezamos a caminar, las zapatillas se nos llenan de polvo, todo el camino estaba desastrado, empezamos a sospechar lo que nos vamos a encontrar. En cuestión de minutos pasamos de un paseo playero a un camino lleno de basura y restos de lo que nadie quiere.

Cada vez nos alejamos más y el camino se hace más sombrío. Todos nos miramos con ojos de culpabilidad, pero nadie verbaliza nada. Ya no sentimos que estamos en España. Estamos entrando, todo me recuerda a una cárcel; barrotes altos, ropa vieja colgada, pintadas que piden la libertad.

En un momento, a través de los barrotes podemos ver cómo un chico, de piel oscura, lava malamente su ropa en una fuente. Sigue el silencio. Llegamos a la puerta, DNI y miradas de miedo.

Una mujer de pelo rubio a la que todos saludaban con cariño nos recibió, nos empieza a contar el funcionamiento del centro, me retumba la frase, «aquí tienen libertad para salir».

Siento que somos un grupo de turistas que viene a visitar un centro de concentración, los cuales supuestamente han desaparecido. No, no me lo creo, aquí no hay libertad.

Seguimos adentrándonos más en esta escalofriante realidad, el clima se vuelve más suave cuando conocemos a alguna de las funcionarias que trabajan allí, empezamos a encontrar diferentes vocaciones que nos calman un poco esta agonía, todavía quedan locos que creen en la transformación social, no estábamos solas.

Nos ponemos manos a la obra, empieza el curso de mecánica; otra vez más, problemas; no hablamos el mismo idioma, ni las últimas tecnologías solucionan esta situación. Solo nos queda observar.

Heridas, miradas abatidas, pero a la vez llenas de esperanza, ganas de aprender y salir adelante, ropa indecente, soledad…

Esa mañana Makmour, el chico que había conocido en el curso de mecánica no había recibido un mensaje de su madre, es más, ella todavía no sabe si él sigue vivo, llevaba unas chanclas viejas que le había proporcionado el centro, se le podían ver cuatro heridas profundas. En su mano tenía una carpeta de plástico transparente que me permitió ver el número de su NIE, en ningún momento la descuidó, él solo ve esperanza en ella y posibilidades de empezar a vivir.

Nosotros solo vemos una historia mal contada, esclavos de nuestra felicidad, inversos en una mentira y en una injusticia que no está contemplada en la Declaración de los Derechos Humanos.

Entonces… ¿derechos humanos o derechos de unos cuantos?

LA ASOCIACIÓN ELIN 

Elim es un oasis donde, después de un largo viaje, se reponen fuerzas, se recobra la dignidad arrebatada y se continúa hacia adelante. Elin es una casa donde se acoge con el lenguaje universal de la sonrisa, acompañando caminos, compartiendo cultura y valores y creciendo juntos y juntas.

La asociación promociona espacios de encuentro donde, a través del intercambio, adquieren y adquirimos mejoras sobre el conocimiento de los derechos humanos y a la vez invitan a las personas que acuden allí a desarrollar un pensamiento crítico sobre la realidad migratoria.

Los tres pilares son los siguientes: acogida y acompañamiento, sensibilización y denuncia y defensa de los derechos humanos.

  • Acogida: dar la bienvenida a las personas migrantes y ofrecerles apoyo y orientación.
  • Sensibilización: informar de forma rigurosa y crítica y dar a conocer de cerca la realidad de la migración.
  • Denuncia: participar en actividades, movilizaciones, marchas, comunicados, etc. con el fin de denunciar los derechos humanos de los inmigrantes.

Cruz Blanca, desde el año 2017 gestiona diversos recursos de alojamiento del programa de atención humanitaria a personas migrantes en situación de vulnerabilidad.

El servicio de acogida tiene como objetivo atender las necesidades básicas de alojamiento y manutención de las personas migrantes que lo necesiten, además de la provisión de herramientas sociales, como el aprendizaje del idioma, formación y orientación que favorezcan su integración en la sociedad.

Dentro de Cruz Blanca, en la ciudad de Ceuta, se encuentra la ONG DIGMUN.

DIGMUN nace en 2005, con la finalidad de reconocer la dignidad de todo ser humano. En esta ONG trabajan para promover actividades y proyectos que ayuden a superar situaciones de discriminación o desigualdad que sufren determinados sectores de la sociedad.

Dentro de esta, los objetivos que tienen en mente y por los cuales hacen su labor son:

  • Promover actividades y proyectos para superar situaciones de discriminación o desigualdad.
  • Sensibilizar al entorno social para obtener así la colaboración necesaria para ir venciendo las diferentes situaciones de discriminación, desprotección, desigualdad de género, desigualdad de oportunidades o convivencia conflictiva.
  • Impulsar el intercambio cultural e intelectual entre mujeres y entre niños y niñas de distintos orígenes étnicos, religiosos, etc.
  • Desarrollar iniciativas de apoyo o ayuda humanitaria de salud, alimenticia, educativa, cultural, etc. para mujeres, niños y niñas.
  • Colaborar y denunciar todos aquellos casos de injusticia o discriminación de los que tienen conocimiento que afecten a los colectivos a los que dirigen la actividad.