Cristina y David a las puertas de la boda – Luis Manuel Suárez, cmf

luismanuel@claretianos.es / @luismanuel_cmf

Hoy nos acercamos al sentir de dos jóvenes buscadores. Son una pareja de novios, cercanos a dar el paso de su compromiso matrimonial: Cristina y David. Ellos mismos se presentan así: «Soy Cristina Cons Rodriguez, tengo 26 años y vivo en Santiago de Compostela. Soy pedagoga y coach familiar. Actualmente trabajo como educadora afectivo-sexual, explicando la teología del cuerpo a adolescentes, jóvenes y educadores. Y yo soy David Aguiar Fernández, tengo 28 años y vivo en Vigo. Soy criminólogo y estoy opositando a policía nacional. Los dos empezamos a salir cuando éramos adolescentes sin tener mucha idea de lo que era el amor o el matrimonio».

«Cristo vive y te quiere vivo»: ¿qué os sugiere esta frase?

Que Dios «nos quiere vivos» nos lo sugiere todo en nuestra relación. A nosotros, personalmente, no nos ha sido fácil asumir lo que Dios nos pedía en cada momento. Pero como Él no se cansa de buscarnos, hoy podemos decir que vivir plenamente para Dios nos hace vivirnos en plenitud a nosotros mismos. En estos años, cuanto más nos hemos orientado hacia Dios, más hemos experimentado que sus sueños son mayores que los nuestros. Y lo más grande ha sido poder escuchar la llamada de Dios a formar la familia que Él desea para nosotros.

¿Cómo estáis viviendo vuestro noviazgo desde vuestra fe cristiana?

La prioridad en nuestro noviazgo es poner a Dios en el centro, para que también sea Él el centro en nuestro matrimonio. Jesús es quien nos enseña a amar y dar la vida, nos muestra la verdadera fidelidad, el sentido del perdón y cómo disfrutar la vida en plenitud. Por eso los últimos años de nuestro noviazgo han consistido en hablar mucho para conocernos, rezar y evangelizar juntos, divertirnos y forjar una profunda amistad. Este 15 de agosto —el día de nuestra boda— podemos decir que vamos a casarnos siendo los mejores amigos.

Francisco, en un mensaje reciente, habla de «las cuatro palabras de la vocación: gratitud, ánimo, fatiga y alabanza». ¿Cuáles serían las palabras para vuestra vocación?

Las cuatro palabras que creemos que describen nuestra vocación son: asombro, porque nos asombra Dios, cómo nos trata, la forma en que nos mira y hacia dónde nos llama; alabanza, porque es la reacción natural al experimentar tanto amor y felicidad; alegría, por la felicidad de compartir la vida con la persona que Dios ha pensado para el otro; y confianza en Dios y en el destino que quiere para nosotros.