Cristina, consagrada, vocación a fuego lento – Luis Manuel Suárez

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Luis Manuel Suárez

luismanuel@claretianos.es / @luismanuel_cmf

Hoy nos acercamos a la vida de otra joven buscadora. Lleva varios años queriendo responder a la llamada de Dios, y ella misma se presenta: «Soy Cristina Torrent, religiosa de Jesús–María, natural del Puerto de Santa María (Cádiz). Estudié la licenciatura de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Vivo en Barcelona, trabajo en Jesús–María como educadora en una casa de acogida de menores y en un colegio donde doy clases de religión en Bachillerato y pertenezco al equipo de pastoral. Además, colaboro con la pastoral universitaria acompañando a jóvenes. Estoy estudiando teología y un postgrado de acompañamiento espiritual».

«Cristo vive y te quiere viva»: ¿qué te sugiere esta frase?

«Cristo vive» porque está presente en el corazón de cada persona. Y está de un modo determinado: vive amando de manera incondicional, consolando, generando esperanza, perdonando, dando aliento, liberando, enviando a VIVIR con mayúsculas. «Y me quiere viva», sugiere en mí la invitación a vivir como Él entre la gente, un VIVIR en libertad que me mueve a dar vida abundante, sobre todo a los que más lo necesitan. 

¿Cómo llegaste a descubrir que Dios te podía llamar a ser religiosa?

Pienso que mi vocación se fue cociendo a fuego lento. En la universidad, me di cuenta de que darme a los demás y compartir la fe era algo fundamental en mi vida. Y también, me fui encontrando con personas sencillas muy comprometidas con la fe y la justicia, que me hacían ver que era posible seguir a Jesús de cerca desde lo que uno era, sin tener por qué ser superwoman. Pero realmente, lo que me llevó a lanzarme fue la experiencia de sentirme amada por Dios «hasta las trancas», acompañada de un profundo agradecimiento por ello y por toda mi vida. Era feliz con Dios y dándome a la gente, era feliz con mi vida y quería dar gratis todo eso que había recibido. Quería que con mi vida la gente pudiera conocer a Dios y experimentar ese amor de Dios que se da a través de tantas mediaciones. Tenía muchas posibilidades de seguimiento, pero con la que me soñaba era con la vida religiosa. Y allá me lancé, con vértigo, pero confiada.

Francisco, en un mensaje reciente, habla de «las cuatro palabras de la vocación: gratitud, ánimo, fatiga y alabanza». ¿Cuáles serían las palabras de tu vocación?

Amor: por encima de todas. Creo que es la puerta que abre todas las demás.

Libertad: me permite poner en juego los dones que Dios me ha regalado sin complejos, aunque sea a veces a contracorriente. 

Alegría profunda: es el termómetro que me confirma si estoy en sintonía con Dios o si estoy sintonizándome solo conmigo o con otros «dioses».

Muchas gracias, Cristina, por tu testimonio de joven buscadora, que quiere hacer de su vida una respuesta al Amor recibido, viviendo al estilo de Jesús. ¡Mucho ánimo en tu camino!

El #Tweet de Francisco: «Nuestra realización personal y nuestros proyectos de vida no son el resultado matemático de lo que decidimos dentro de un “yo” aislado; al contrario, son ante todo la respuesta a una llamada que viene de lo alto» (Del Mensaje para la 57 Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, 3 de mayo de 2020).

Para preguntarME / Para preguntarNOS:

  • ¿Qué le dirías a Cristina si la tuvieras delante? 
  • ¿Qué crees que hace falta para que más personas puedan descubrir un camino de especial consagración en la Iglesia como una opción vocacional para su vida, desde su fe? 

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