1.- Breve presentación del marco desde el que reflexionar sobre la continuidad del proceso de Confirmación.
-La confirmación es cauce-proceso para despertar-responder a la pregunta religiosa-cristiana en los jóvenes. Pero nos preguntamos: “¿Para qué?, ¿después qué?”. No es una pregunta por el sentido teológico (llevar a plenitud el Bautismo) sino en el sentido pastoral-pedagógico. La preparación a la Confirmación está pensada como un proceso de iniciación a la fe, como una puerta de entrada o incorporación a la Pastoral Juvenil. Pero, ¿por qué muy pocos atraviesan esta puerta después de un tiempo de camino?
– Es una realidad que hay adolescentes y jóvenes que se preparan al sacramento de la Confirmación, aunque su número va decreciendo; se dedican múltiples esfuerzos en torno a la preparación de la Confirmación y se hacen algunas propuestas… a las que escasamente se vinculan. Con todo, hay algunos pocos que continúan…
-Hay aspectos que modificar, que consolidar, planteamientos que cuestionar de diverso tipo:
por parte de los jóvenes que a veces vienen a recibir la Confirmación desde actitudes pasivas o poco interesadas
por parte del planteamiento global del proceso, muy orientado a recibir el sacramento…
por la manera de realizar el proceso: solo contenidos ideológicos, lo perciben como una clase
por las ofertas de continuidad propuestas, que atraen poco a los jóvenes
por el dinamismo de la vida parroquial, donde a veces falta una comunidad viva que acoja a los jóvenes.
– Hemos hecho referencia también a experiencias de continuidad, a procesos alternativos y complementarios de iniciación a la fe de los jóvenes, y de incorporación a la Pastoral juvenil, sin vinculación explícita a la Confirmación: Taizé, grupos de Tiempo Libre, Movimientos juveniles cristianos, grupos vinculados a carismas religiosos…
2.- En un segundo momento los participantes fuimos expresando nuestro acuerdo/desacuerdo –distribuyéndonos en la sala– respecto a las siguientes afirmaciones:
Al iniciar el proceso de Confirmación siempre hay alguna dificultad: estudios, deporte, actividades, amigos…
Habría que adelantar la edad de la Confirmación.
Hay que reprochar a las parroquias/colegios por no saber atraer a los jóvenes a la Confirmación.
Motivar a los adolescentes a la Confirmación pasa necesariamente por la motivación de quienes les acompañan y educan en la fe.
3.-En un posterior trabajo por grupos abordamos las causas de la escasa continuidad:
Causas/condicionamientos desde la realidad juvenil. (Grupo 1)
-Falta hacerles más protagonistas del proceso.
– La Confirmación se plantea como una meta.
– Falta de protagonismo, de interioridad, de apoyo familiar.
Causas/ condicionamientos desde la realidad parroquial-eclesial. (Grupo 2)
-Falta de acogida.
-Las parroquias son para los mayores.
-Excesiva diferencia de edad con los catequistas.
-Necesidad de buscar otros medios más cercanos a ellos.
Causas/condicionamientos desde la pedagogía-metodología utilizada. (Grupo 3)
-Muy basada en libros, conceptos, materiales rígidos…
-Falta iniciar a experiencias.
-Faltan testimonios de otros jóvenes.
Causas/condicionamientos desde las propuestas u ofertas de continuidad que se hacen a los jóvenes. (Grupo 4)
Propuestas poco entusiastas.
Falta de sugerencias y caminos concretos.
Poco entusiasmo, por la escasez de acompañantes y
Divisiones existentes (entre escuela y parroquia, por ejemplo).
4.- Testimonios de personas que han continuado tras la Confirmación.
(Cristina)
“Sois la sal que debe dar sabor a la vida; sois la luz que debe de alumbrar, llevar a Dios”
Me llamo Cristina y en mi adolescencia pertenecí a un grupo de Confirmación acompañado por dos jóvenes militantes de la JOC. No sé cómo sería en este momento si Jesús, a través del grupo, no se hubiese cruzado conmigo en aquella época de mi vida. Probablemente no sería creyente, pues nadie me habría iniciado a la fe y a un estilo de vida comprometido con el sueño de Dios (que también es nuestro sueño).
Queríamos confirmarnos. En parte porque tocaba, y en parte por la educación cristiana que nuestros padres y el colegio nos habían inculcado. Pero claro que existían dudas. En la parroquia nos tendieron la mano y nos ofrecieron la oportunidad de descubrir esas motivaciones, de ver al Padre cada día en los demás. Por lo menos a mí me inspiró que la fe es una dimensión personal que crece con nosotros y que SÍ QUE SE PUEDE UNIR FE Y VIDA. El Evangelio comenzó a convertirse en un libro a pie de calle en vez del cómic de dibujitos que resultaba mi libro de Religión.
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Querría destacar unos puntos en los que la JOC me ayudó a continuar después de la Confirmación:
-Cuando el proceso de Confirmación terminó, mi grupo inicial se desmoronó y la alegría inicial ya no era la misma. Aprendí una gran lección: “la importancia de no angustiarse si el otro/a quiere vivir otra cosa”. Luego me asoló una sensación de fracaso durante todo el bachiller. La JOC estuvo allí y me enseñó a relativizar el fracaso y priorizar por mi persona. Me dio ánimos pues “en los momentos de crisis, de dificultad, cuando resulta difícil permanecer, Dios actúa en silencio y habla al corazón del hombre” (1 Re 19, 11-13).
-También he de agradecer a quienes me acompañaron en la militancia mucho antes de comprender su significado: tener un criterio, ser voz crítica que se confunde entre la masa y ayuda a levantarla; cuestionar mi vida y mis actos; parar y reflexionar.
-Tras una revisión de vida decidí que tenía que tomar alguna responsabilidad en los entornos en los que me movía, este año mis compañeros me han elegido delegada de curso.
-Los primeros cumpleaños, el emocionante campamento de 2006, y los que vinieron después, las convivencias, encuentros de abril, el Consejo de General… Todo un proceso que me sirvió para conocer un estilo de vida diferente, que lucha por lo que es justo, por pensar que se pueden cambiar las cosas y todo ello desde el estilo de vida de Jesús. Todo esto lo fui descubriendo gracias a Saúl, Silvia y Chema”.
Hace ya 6 años que se me tendió la primera mano y a día de hoy me siento dentro de una espiral de manos entre las que participo y de las que no quiero soltarme. Conocí la JOC a mis 14 años, y si volviera a comenzar de nuevo mi andadura en el movimiento, la comenzaría en el mismo instante…
La magia de la JOC consiste en que “te presentas, entras y de repente las historias que los demás quieren compartir se convierten en tus historias”.
GRACIAS por darme la mano para entrar en el guión y sentir.
Gracias Padre por poner en mi camino a la JOC, y convertir mi vida en tu palabra, tus manos y tu testimonio. Para algunos jóvenes, este tesoro que portamos en vasijas de barro, será el Evangelio que se acerque a sus vidas.
(Ester)
“Mi proceso de Confirmación comenzó con una carta de la parroquia, a la que pertenecía desde niña y de la que llevaba un tiempo desvinculada, en la que me animaban a que me apuntara a catequesis de Confirmación.
Finalmente junto con otros jóvenes de la parroquia comencé mi proceso de preparación… Preparaba el gran momento con mucha ilusión y llena de expectativas pues durante estos dos años se despertaban en mí cada vez más inquietudes, pero después de ese día, todo era como siempre. Y pensé, ¿y ahora qué? Nuestros animadores eran una pieza clave de todo ello y en este momento de incertidumbre, nos propusieron formar un grupo de vida para dar continuidad al camino recorrido. La gran mayoría no continuó y fuimos unos pocos los que dijimos que sí.
Lo vivido hasta ese momento en el grupo, la amistad que me unía a los componentes, las ganas que me transmitían los acompañantes, el respaldo de mi familia, el ambiente de la parroquia y mi creciente inquietud contribuyeron a que dijera que sí. En el grupo me siento cómoda, y es para mí un lugar de acogida, respeto, amor, valores compartidos y diversidad de visiones que el Padre mantiene unido”.
(Laura)
Supongo que en un principio, al acabar Confirmación, siembra la duda de qué va ser de ti y de las personas que te rodean, pero de repente te das cuenta que estás en un grupo parecido y con las mismas personas de siempre, y eso te gusta… El primer año estás descolocada, todo te suena raro… eso de oír la palabra “militante”… pero con el paso del tiempo notas que te sirve, que te hace reflexionar sobre aspectos de la vida que nunca antes te habías cuestionado, que es algo importante para ti y sobre todo que es algo totalmente voluntario, a unas personas les sirve y a otras no.
Para mí, el estar en este grupo es algo esencial, es un tiempo único que tengo y ¡hay aprovecharlo! Lo importante de todo esto es el formar parte de un grupo ya sea de éste (MJAC) o de cualquier otro.
6.- ¿Cómo ayudar a la continuidad?
Cuidando a los grupos: dando testimonios de vida, compartiendo el tesoro de la experiencia con el Padre; realizando dinámicas en las que los jóvenes sean protagonistas, donde haya afecto y corresponsabilidad.
Iniciando en lo humano, no solo en lo religioso.
Formulando preguntas vitales.
Teniendo claro que la Confirmación no es una meta; convertir la meta en proceso.
Ofreciendo oportunidades de relación entre grupos.
Formando más a los acompañantes.
Propuestas desde la vida, no inventadas. Grupos de fe-vida.
Cuidar la afectividad.
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