En el presente número dedicado a la mujer no quería dejar pasar la oportunidad de mostrar algunas de las aportaciones femeninas al cine. Es una buena excusa para descubrir esa presencia constante, aunque a veces invisible de mujeres que siempre han estado a uno y otro lado de la cámara aportando su magisterio y sensibilidad al arte y a la industria cinematográfica. He rehecho el artículo varias veces para evitar hacer una tesis, pero no he querido evitar aportar algunos datos, y los nombres de un puñado de directoras que merecen ser conocidas. En el próximo número digital hablaremos de algunas películas concretas.
Si uno revisa, sin ir más lejos, las tres películas recensionadas el mes anterior (RPJ 535) recordará que las protagonistas absolutas de los tres filmes son mujeres (Cold war, Roma y Tres anuncios a las afueras). Obras que protagonizaron los Oscar del 2018 y 2019. Los Goyas del año pasado fueron dominados por las cineastas Isabel Coixet y Carla Simón, con protagonistas femeninas… Sin embargo, los números de la industria del cine son tozudos y hablan en masculino. Más del 75% de las personas que participan en todo el proceso creativo de una película son hombres.
Un estudio de ONU, Mujeres del 2014, alertaba sobre la presencia femenina en la industria cinematográfica: el 30,9% de los personajes con líneas de diálogo son mujeres; solo el 7% son directoras; el 19,7% de los guionistas son mujeres; y en la producción no alcanzan el 23%. En España la Asociación de Mujeres Cineastas y de los Medios Audiovisuales (CIMA) elaboró un estudio en el que señalaba que el 92% de las producciones cinematográficas están dirigidas por hombres, cuando el 65% del alumnado de las escuelas de cine del país son mujeres. A pesar de los esfuerzos, las denuncias y de los cambios sociales planteados, en los últimos 20 años el número de directoras no ha crecido más de un 3%.
Y a pesar de esta invisibilidad y arrinconamiento, las mujeres estuvieron siempre ahí desde el mismo nacimiento del cine. Alice Guy es reconocida como la primera persona que dirigió una película propiamente dicha, La fée aux choux (1896), contemporánea de los Lumiere y Louise de Prince. La estadunidense Lois Weber fue la primera en dirigir un largometraje, El mercader de Venecia, en 1914, y en posteriores obras tocaría temas tan modernos como el aborto o el control de la natalidad. La genial Leni Riefenstahl puso su talento al servicio del régimen nazi en los años 30. Y la ucraniana Maya Deren fue la pionera del cine underground y experimental con obras como Meshes in the afternoon (1947). Ida Lupino fue la primera mujer que se puso tras una cámara en Hollywood en 1949, un año después denunciará con Outrage el acoso y la violación a las mujeres.
En España la pionera fue Helena Cortesina, en 1925, y luego destacó Rosario Pi, a quien la censura franquista y el propio exilio republicano marginó por sus ideas contra el machismo y un marcado feminismo. La actriz, productora, guionista y directora Ana Mariscal, obtuvo el reconocimiento del público y la crítica con El camino, en 1963, aunque llevaba más de una década tras la cámara. A ella siguieron nombres como Josefina Molina, Pilar Miró, Patricia Ferreira, Isabel Coixet, Gracia Querejeta, Icíar Bollaín, Paula Ortiz o Carla Simón por citar solo a las que, para quien esto escribe, han dejado hasta la fecha obras perdurables.
En el panorama internacional me gustaría señalar algunos nombres de directoras cuyo legado artístico es inevitable para todo aquel que le guste el cine para algo más que comer palomitas. Como todo listado, es subjetivo y contestable: Liv Ulman (Suecia); Margarethe von Trotta (Alemania); Maren Aden (Alemania); Agnieszka Holland (Polonia); Agnès Varda (Bélgica); Claire Denis (Francia) Naomi Kawase (Japón); Nadine Labaki (Líbano); Sarah Polley (Canadá); Sofia Coppola (EEUU); Jane Campion (EEUU); Julie Dash (EEUU); Kathryn Ann Bigelow (EEUU); Ava DuVernay (EEUU); Debra Granik (EEUU)… Y solo estoy citando quizá a lo más excelso, pero hay centenares de directoras más con una estimable obra, así como guionistas, directoras de fotografía o de escena, productoras, iluminadoras, en fin, que permean todos los oficios requeridos para realizar una película.
En el próximo número hablaremos de películas, pero mientras tanto pueden ir disfrutando de algunas series destacables con protagonismo femenino. Entre las mejores Borgen, El cuento de la doncella, The good wife y el clásico Las chicas Gilmore. También merecen la pena por su frescura y actualidad: New girl; Big little lies; The orange is the new black; Younger; Insecure; Younger; Los cien; o La maravillosa Mrs Maisel…
Algunas pistas de trabajo
- ¿Recuerdas el nombre de algunas directoras de cine que te hayan gustado?
- ¿Aparecen citadas en el artículo?
- De las directoras nombradas, ¿conoces alguna película?, ¿te gustaron?, ¿podrías compartirlas con el grupo o amigos?
- ¿Crees que hay una sensibilidad femenina a la hora de filmar? ¿O algunas temáticas que destacan en las películas realizadas por mujeres?
- Si el espectador es un 50% de hombres y de mujeres, ¿por qué la industria cinematográfica está tan dominada por los hombres. ¿Por qué crees que no hay más directoras, productoras, guionistas…?
- En España, en los últimos años, han destacado algunas mujeres directoras. ¿A cuáles conoces? ¿Qué películas te han gustado de ellas? Podríais elegir una, visionarla y comentar todo lo que os parezca oportuno.
- Si os sirve de ayuda, aquí os dejo los títulos de algunas españolas recensionadas en RPJ: La vida secreta de las palabras (Coixet); La librería (Coixet); También la lluvia (Icíar Bollaín).
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