Es difícil hablar de años cinematográficos ya que son las grandes distribuidoras las que marcan el tempo de los estrenos. Navidades y el primer trimestre del año suelen ser los momentos en donde las películas más esperadas y de grandes presupuestos se presentan con toda su carga de mercadotecnia. Así la cosecha del 2018 está en parte por descubrir. Aunque los tiempos están cambiando, que diría el nobel Dylan, pues las grandes plataformas de televisión son ya productoras y distribuidoras, como en el caso de la película Roma de la que hablaremos más adelante.
Sirva esta introducción para presentar las películas que más me han impresionado y gustado durante el año pasado.
Sin duda alguna mi obra preferida ha sido Cold War, del director polaco Pawel Pawlokowski, de quien ya escribimos sobre su maravillosa película Ida (RPJ nº 499, mayo–junio 2014). Cold war es una obra compleja, apasionada y emocional que narra la relación de una pareja de diferente origen y carácter, que no pueden convivir, pero tampoco pueden ser felices separados. Las vicisitudes de Zula (Joanna Kulig) y Wiktor (Tomasz Kot) a lo largo varias décadas, a través de una Europa dividida por dos ideologías incompatibles que también marcarán el destino de los protagonistas.
Estéticamente bellísima, rodada en blanco y negro, con una luz primorosa y envolvente. Cada fotograma es de una belleza exquisita, sin imposturas estéticas o emocionales, todo es puro, veraz y sublime. Original y deslumbrante, al espectador no le queda otra que dejarse arrebatar y sentirse parte de esa desgarradora historia de celos, abandonos, traiciones y reencuentros.
¡Qué manera de entrelazar lo personal con lo político, de sincopar un amor invertebrado con una Europa rota! Y de dibujar el alma de los personajes y los ambientes con la música. Ya lo hizo con Ida, pero ahora la música es un elemento tan esencial en la película como la luz o el amor. Da igual que nos muestre los tugurios jazzísticos del Saint Germain parisino o los coros y danzas populares en cualquier teatro de la Europa comunista, su talento musical está a la altura del visual.
Cualquier escena podría servir para impartir una lección magistral de cine, pero hay momentos inolvidables, como el portentoso arranque que ya nos muestra una Polonia diversa que trata de unificar el comunismo, o la secuencia en la que Wiktor espera en la frontera para huir juntos a París, con toda la tristeza del mundo… o el portentoso, sugerente y dramático final, absolutamente magistral y coherente con todo el metraje anterior. Seguramente una de las escenas más bella trágica y perfectamente jamás filmada.
Y, para terminar, unas palabras para los dos actores principales sin cuya presencia la obra sería otra. Maravillosa la volcánica y compleja Joanna Kulig, borda su personaje. Frente a ella Tomas Kot, más contenido, pero trasmitiendo esa química pura del amor imposible y proyectando hacia su interior la necesidad de la energía que le otorga Zula.
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ALGUNAS PISTAS DE TRABAJO
- ¿Te ha gustado o no la película? ¿Ha conseguido emocionarte y hacerte reflexionar?
- ¿Qué crees que es lo más interesante y el mensaje principal del relato?
- ¿Qué es lo que más te ha gustado de la historia? ¿Qué es lo que más te ha hecho reflexionar? ¿Y lo más original?
- ¿Qué temas has encontrado en la película que te han sugerido ideas para la reflexión?
- ¿Sabías que la historia de amor está inspirada en los padres del director y está dedicada a ellos? ¿Qué te sugiere ello?
- ¿Cómo crees que puede vivir un hijo una historia tan compleja de amor en sus padres?
- ¿Conoces o has vivido de cerca una historia de amor así de trágica?
- ¿Qué te sugiere o dice la escena final, cargada de una evidente simbología católica? ¿Crees qué es la alternativa o solución más coherente? ¿Qué otras propondrías?
- Compartir en grupo el posible significado del final.
Otras recomendaciones
- Roma (2018), dirigida por el mexicano Alfonso Cuarón, comparte con Cold War la filmación en blanco y negro, los rasgos autobiográficos del director en los que se basan ambos guiones, el intento de atrapar y comprender un pasado complejo, así como el aplauso de una crítica rendida. Excelente película en lo formal, bellísima y estéticamente irreprochable trasmite y emociona, aunque a mi entender le falta algo para llegar a lo más profundo. Y le sobra cierto maniqueo en el tratamiento de los personajes masculinos. A pesar de ello, una de las grandes películas del 2018.
- Tres anuncios a las afueras (2017), dirigida por el irlandés Martin McDonagh, es una película intrigante en todo su desarrollo, no solo en el argumental, también en el moral, lo que la hace todavía más atractiva. Inquietante y reflexiva, cada giro del guion es un nuevo debate ético. Inmensa Frances McDormand, como siempre, haciendo de madre coraje con un sarcasmo corrosivo y áspero. Lo mejor que depararon los últimos Oscar; aunque se filmó en el 2017, en España se estrenó en enero del 2018. Muy recomendable.
Cold war es una obra compleja, apasionada y emocional que narra la relación de una pareja de diferente origen y carácter, que no pueden convivir, pero tampoco pueden ser felices separados.
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