Joseph Perich
Popularmente se considera que las cerezas son el alimento más apreciado de los monos.
Se cuenta que una vez una mona que iba a subir a un cerezo, cargado de fruto, observó en el suelo un bote de vidrio en cuyo interior se alojaba la cereza más bella y grande jamás vista. Repetidas veces intentó introducir su mano en el bote y finalmente lo consiguió. Su mano era demasiado grande y el cuello del bote demasiado estrecho. Una vez dentro cerró la mano para recoger la cereza. Feliz y contenta la mona intentó sacar la mano, con la cereza, del bote. No había forma de pasar el puño cerrado por el cuello del bote. Si abría la mano perdía la cereza. La mona muy enfadada saltaba y chillaba con su mano dentro del bote.
El granjero con tanto chillido se enteró de que un animal había caído en la trampa de la cereza. Estaba harto de que se comieran la cosecha. La mona obsesionada por conseguir el apetitoso fruto no se dio cuenta de que se acercaba el granjero. Éste la atrapó y le dio un golpe seco en el codo. La mona abrió su mano y dejó la cereza. La mano abierta pudo salir del bote que cayó al suelo y se rompió. El granjero cogió a la mona, por querer esta obtener un fruto delicioso, que no pudo ni tan solo probar, había perdido la libertad.
TEXTO:
Cuando tu coche empieza a perder aceite seguro que te toca pasar la revisión cada año o la ITV. ¿Quién no «pierde fuelle»… en algún aspecto de su vida?
Los 40 días de la Cuaresma, a los que se entra por el miércoles de ceniza, pretenden sacudir nuestra vida de cada día para detectar los puntos débiles, remediarlos y no ser un peligro público. Es aquel golpe seco en el codo del mono que el campesino sabiamente dio y que provocó la apertura de la mano, dejando la rigidez de aquel puño cerrado. Este puño cerrado, con la bonita cereza dentro, me recuerda las veces que me dejo deslumbrar, que soy glotón, que no reflexiono antes de tomar decisiones, que no reconozco mi error, que me pongo violento y pierdo el control…
¿Cuántos razonamientos-trampas llenos de engaño a lo largo del día se nos ponen delante…? El ayuno cuaresmal, nos querrá decir ¿qué debemos tomar conciencia y poner remedio para disfrutar de la añorada libertad? «Cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lavado la cara, para que los demás no vean que ayunas, sino tan sólo tu Padre que está en lo secreto» (Mt 6, 17-18).
Este inesperado golpe en el codo también provocó la apertura de la mano. Sí, el ayuno no es dejar de consumir para acumular más, sino para tender la mano a los que han tropezado en la vida, a los que ya no puede más, para que recuperen la dignidad. En esta dirección apunta la invitación a hacer una limosna penitencial en Cuaresma. «Cuando hagas limosna, que la mano izquierda no sepa qué hace la derecha, tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará» (Mt 6, 3-4).
En casa de unos amigos me encontré un hermoso pez disecado que le servía de decoración, con un rótulo explicativo: «Si hubiera mantenido la boca cerrada, no estaría aquí». En medio de tanta palabrería ambiental, pre-electoral, e incluso religiosa, nos conviene más que nunca ser austeros en palabras y ricos en silencios llenos de espíritu y de oración. Sólo así podemos darnos cuenta de aquel «golpe seco en el codo» que nos hará abrir el puño y tender la mano. «Entra en tu cuarto y ora a tu Padre que está en lo secreto. Tu Padre que ve en lo secreto te recompensará «(Mt 6, 6).
Regando estas tres semillas, ayuno-limosna-oración, la primavera no se hará esperar, la Pascua Florida nos devolverá la sonrisa.