Fernando Negro
Hay momentos en los que ciertas personas nos recuerdan el ideal que nos gustaría vivir. Son como iconos vivientes de nuestra llamada interior. Leyendo este poema que dejo escrito aquí, trata de dejarte tocar por aquello que más te motiva a ser la persona que puedes ser. Déjate ´tocar´ y acepta la invitación a salir de tus miedos, prejuicios, preconceptos y prejuicios que te esclavizan.
Me gusta la gente que, como ángeles vivientes,
Saludan y sonríen a las personas en la calle.
Disfruto contemplando los ojos de los niños inocentes
Que me invitan a vivir simple y transparentemente.
Me alegra ver a las personas que a pesar de sus sufrimientos
Disfrutan haciendo el bien, señalando hacia el futuro
A pesar de su pasado herido
Y manchado de experiencias traumáticas.
Quisiera ser un ángel de paz, un corazón pensante,
Una bomba de energía amorosa
En medio de los campos de batalla.
Quisiera ser un puente sobre las aguas turbulentas
De los desastres humanos
Marcados por el odio y la ira.
Sueño con un día, en el que al levantarnos en la mañana,
Se escuche en todas las cadenas de noticias mundiales
Que ha estallado la paz
Y que la concordia de todos los corazones
Ha unido al mundo en una sola familia.
Sueño, quiero, deseo, me alegra, disfruto cuando soy quien soy,
Pues cuando mi ser real se despierta
Y se libera de las ilusiones, las obsesiones y adicciones
El mundo tiene un color diferente,
Y aporto mi grano de arena
A la bella creación en medio de la cual
Dios me ha puesto con un fin y un propósito
Que a nadie puedo delegar
Y nadie puede sustituir.
Aquí y ahora, decido vivir de pie, como los árboles,
Esperando la muerte de pie, como los árboles.
Despierto y no dormido, confío y trabajo por hacer de este mundo
El Paraíso perdido que todos añoramos,
Nuestra auténtica casa.
Ayúdame, Señor, a ser un ángel de paz
Que anuncia con su vida
Que es posible la felicidad.
Felicidad es SER YO MISMO de acuerdo a tu plan.
Amén.
La cosa más triste es ver cómo la gente sobrevive pero no se atreve a ´vivir´, en el sentido pleno de la palabra. Dios nos ha hecho para la felicidad y nos ha dado las herramientas para vivir de acuerdo a ese plan. Esas herramientas están dentro de nosotros, y morimos sin haberlas descubierto, sin haberlas puesto a trabajar. La mediocridad es el resultado final de quienes viven en la ignorancia y la mediocridad.
Atrévete a ser un ángel que trae buenas noticias, que se acerca a los demás para echarles una mano amiga, aunque tu nombre no aparezca en los libros Guinness de records. Te lo aseguro, si vives como un ángel de bondad, al cerrar tus ojos a esta vida, morirás con la alegría profunda de saber que gracias a ti este mundo es mejor que cuando llagaste a habitarlo.