Tomado de Religión Digital
¿Son posibles la convivencia y el respeto entre cristianos, musulmanes, judíos, budistas, ateos y agnósticos? Veintiún jóvenes de entre 14 y 21 años demuestran que sí en «Cambia el marco», un proyecto en el que hablan con valentía de sus creencias, sus dudas y sus temores y, sobre todo, de su tolerancia al distinto.
Son los 21 chicos que quisieron participar en esta iniciativa de la Fundación Pluralismo y Convivencia que, sustentado por la Fundación «la Caixa» y con la colaboración de la Fundación Jóvenes y Desarrollo, quiere garantizar el ejercicio de la libertad religiosa frente a la amenaza de los discursos de odio mediante un mensaje de tolerancia.
Talleres en los que los chavales, seguidores de diez tradiciones distintas y no creyentes, rompen todos los tabúes para hablar abiertamente entre ellos de sus relaciones con sus confesiones, de cómo llegaron a sus convicciones, de sus titubeos o de cómo alcanzaron la certeza de que no hay nada.
De hecho, según ha destacado el director, que ya ha realizado otros proyectos con jóvenes y adolescentes, «el tema de las creencias» siempre «estaba por ahí pero tímidamente» por la dificultad de acceder a testimonios que hablaran de ellas sin tapujos. Pero ha logrado que lo hagan y que los 21 jóvenes demuestren su ejemplo de pluralidad desde el interés y el respeto por aquellos que no piensan como ellos.
Ya que «por encima de todo está el respeto a los demás, independientemente de lo que piensen o la diversidad que representen, y ese marco de respeto al diferente es lo que nos va a hacer avanzar en lo social», ha resaltado la ministra de Justicia en funciones, Dolores Delgado, en la presentación del proyecto.
Con él, ha destacado Delgado, que preside también la Fundación Pluralismo y Convivencia, «se trata de impulsar un marco de convivencia en las creencias religiosas individuales para que no sea un elemento de discriminación«.
La directora de la Fundación, Inés Mazarrasa, ha explicado que este proyecto, que se puede ver en la web cambiaelmarco.es, nace del reto de saber «cómo podemos contribuir a generar un marco de aprecio por la diversidad» para no verla «como una amenaza».