BENEDICTO XVI Y LOS JÓVENES (I) RPJ 558Descarga aquí el artículo en PDF
Luis Manuel Suárez CMF
«Si caminamos juntos, jóvenes y ancianos, podremos estar bien arraigados en el presente, y desde aquí frecuentar el pasado y el futuro»
(Christus Vivit 199)
Con esta frase del papa Francisco se refleja una línea transversal del reciente Sínodo sobre los jóvenes: una «alianza» entre jóvenes y ancianos puede sumar la sabiduría de estos últimos con el empuje de los primeros, siendo una riqueza para todos. El cariño entre muchos nietos y abuelos parece corroborarlo.
Recientemente se nos ha ido un «anciano universal»: el papa emérito Benedicto XVI. Aunque durante su vida no desarrollara mucha «pastoral juvenil», sí que se encontró con muchos jóvenes, primero durante sus años de profesor universitario, y, después, como papa, en algunos encuentros significativos, entre los que destacan las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ).
Se recogen aquí cinco mensajes de vida y de fe que Benedicto XVI nos dejó durante la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid (2011), que unos años después siguen siendo palabras de sabiduría para afrontar los tiempos presentes:
- En la ceremonia de bienvenida: «Vengo aquí a encontrarme con millares de jóvenes de todo el mundo, católicos, interesados por Cristo o en busca de la verdad que dé sentido genuino a su existencia».
- Durante el Via Crucis: «No paséis de largo ante el sufrimiento humano, donde Dios os espera para que entreguéis lo mejor de vosotros mismos: vuestra capacidad de amar y de compadecer».
- En un encuentro con religiosas jóvenes: «La radicalidad evangélica es estar “arraigados y edificados en Cristo, y firmes en la fe”, que en la Vida Consagrada significa ir a la raíz del amor a Jesucristo con un corazón indiviso, sin anteponer nada a ese amor (…). Frente al relativismo y la mediocridad, surge la necesidad de esta radicalidad».
- En la Vigilia de oración, en el aeródromo de Cuatro Vientos: «La fe no se opone a vuestros ideales más altos, al contrario, los exalta y perfecciona».
- Y en la Misa de clausura: «Cristo se dirige a vosotros con la misma pregunta que hizo a los apóstoles: “Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?”. Respondedle con generosidad y valentía, como corresponde a un corazón joven como el vuestro. Decidle: (…) Quiero seguirte con fidelidad y dejarme guiar por tu palabra. Tú me conoces y me amas. Yo me fío de ti y pongo mi vida entera en tus manos. Quiero que seas la fuerza que me sostenga, la alegría que nunca me abandone».
Y junto a las palabras, un gesto: su deseo de permanecer, en medio de la fuerte tormenta que se desató en el aeródromo donde tenía lugar la Vigilia del sábado noche. Una vez despejado el temporal, unas palabras de agradecimiento y de confianza:
«Gracias por esta alegría y resistencia. (…) Hemos vivido una aventura juntos. (…) Igual que esta noche, con Cristo podréis siempre afrontar las pruebas de la vida. No lo olvidéis».
Búsqueda de la verdad, atención a quien sufre, entrega radical desde un saberse amado… poner la vida en sus manos. Toda una hoja de ruta para la vida. ¿Aceptas el reto?
- El #Tweet de Francisco: «Jesús, el Crucificado resucitado, el Viviente y el Señor, fue la meta a la que nos condujo el papa Benedicto, llevándonos de la mano. Que nos ayude a redescubrir en Cristo la alegría de creer y la esperanza de vivir» (@Pontifex_es).
- Para preguntarME / Para preguntarNOS:
- Elige una de las frases de Benedicto XVI a los jóvenes, la que más conecte con tu experiencia de seguidor de Jesús. ¿Qué nuevos pasos te invita a dar?
- Imagínate que te encuentras con un joven que busca a Dios y que aún no le ha encontrado. ¿Qué le podrías decir para animarle en esa búsqueda?