¿BABEL O PENTECOSTÉS?
Fernando Arriero
Paso 0. Preparativos
En medio del oratorio encontraremos la palabra Espíritu en varios idiomas:
Árabe: روح
Vasco: espiritua
Catalán: esperit
Chino tradicional:精神
Holandés: geest
Francés: esprit
Gallego: espírito
Alemán: Geist
Griego: πνεύμα
Hebreo: רוּחַ (ruah)
Italiano: spirito
Latín: spiritus
Polaco: duch
Portugués: espírito
Ruso y ucraniano: дух
Vietnamita: tinh thần
Zulú: umoya
Inglés: spirit
Entre las palabras pondremos nueve velas apagadas con el nombre de los nueve frutos del Espíritu (amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza) y algunos ladrillos.
Paso 1. Nos vinculamos y nos silenciamos
Iniciamos la oración uniendo nuestras manos de tal modo que nos sintamos en comunión. Para ello ofreceremos la mano izquierda con la palma hacia arriba (siempre damos desde el corazón/izquierda) a nuestro compañero de la izquierda y apoyamos nuestra mano derecha con la palma hacia abajo en la mano que nos ha ofrecido nuestro compañero de la derecha. Permanecemos unos segundos en silencio tomando conciencia de formar parte de un mismo grupo, cada uno con sus cualidades y dones que está llamado a poner al servicio de los demás.
Paso 2. Entrega de los textos bíblicos
Se reparten en un papel o cartulina estos dos textos bíblicos:
- En un papel en forma de ladrillo (color rojizo), el pasaje de la Torre de Babel (Gn 11,1-9)
Toda la tierra hablaba una misma lengua con las mismas palabras. Al emigrar los hombres desde oriente, encontraron una llanura en la tierra de Senaar y se establecieron allí. Se dijeron unos a otros: «Vamos a preparar ladrillos y a cocerlos al fuego». Y emplearon ladrillos en vez de piedras, y alquitrán en vez de argamasa. Después dijeron: «Vamos a construir una ciudad y una torre que alcance el cielo, para hacernos un nombre, no sea que nos dispersemos por la superficie de la tierra» El Señor bajó a ver la ciudad y la torre que estaban construyendo los hombres. Y el Señor dijo: «Puesto que son un solo pueblo con una sola lengua y esto no es más que el comienzo de su actividad, ahora nada de lo que decidan hacer les resultará imposible. Bajemos, pues, y confundamos allí su lengua, de modo que ninguno entienda la lengua del prójimo». El Señor los dispersó de allí por la superficie de la tierra y cesaron de construir la ciudad. Por eso se llama Babel, porque allí confundió el Señor la lengua de toda la tierra, y desde allí los dispersó el Señor por la superficie de la tierra.
- En un papel en forma de llama (color amarillo), el pasaje de Pentecostés (Hch 2,1-11)
Al cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente, se produjo desde el cielo un estruendo, como de viento que soplaba fuertemente, y llenó toda la casa donde se encontraban sentados. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se dividían, posándose encima de cada uno de ellos. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía manifestarse. Residían entonces en Jerusalén judíos devotos venidos de todos los pueblos que hay bajo el cielo. Al oírse este ruido, acudió la multitud y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. Estaban todos estupefactos y admirados, diciendo: «¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno de nosotros los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay partos, medos, elamitas y habitantes de Mesopotamia, de Judea y Capadocia, del Ponto y Asia, de Frigia y Panfilia, de Egipto y de la zona de Libia que limita con Cirene; hay ciudadanos romanos forasteros, tanto judíos como prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las grandezas de Dios en nuestra propia lengua».
La mitad recibirá el ladrillo, la otra mitad la llama.
Dejamos un tiempo para que lo lean individualmente, mientras se escucha la canción de Taizé Veni Sancte Spiritus (https://youtu.be/us-v4slsUX4). Si se cree conveniente y hay posibilidad, se puede proyectar
Paso 3. Compartimos en parejas
Las parejas se establecen entre una persona con el texto de la torre de Babel y otra persona con el pasaje de Pentecostés.
Se les hace la siguiente pregunta: ¿la diferencia de idiomas une o separa a los seres humanos? ¿Qué es lo que realmente separa o une a las personas?
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Paso 4. ¿Sabías que…?
Después de un tiempo de compartir en parejas, escuchamos de fondo la misma canción de Taizé que en el paso 2, mientras que la persona que conduce la oración va haciendo esta plegaria en voz alta. Tras cada una de las invocaciones al Espíritu, una persona encargada va encendiendo las velas que presiden el oratorio.
Ven, Espíritu Santo, y haz que abramos las puertas y ventanas de nuestro grupo para que quien se acerque a nosotros encuentre manos acogedoras y para que entre el viento de tu creatividad renovadora.
Ven, Espíritu Santo, y disuelve no nuestras diferencias, sino nuestro miedo a lo diferente.
Ven, Espíritu Santo, y disuelve no nuestro deseo de acercarnos a Dios, sino el deseo de convertirnos en dioses que se creen merecedores de toda adoración.
Ven, Espíritu Santo, y danos la valentía para salir de nuestros refugios emocionales, eclesiales e ideológicos. Queremos ser una Iglesia en salida y no un búnker elitista de jóvenes perfectos.
Ven, Espíritu Santo, pon en nuestro corazón ardor misionero para testimoniar lo felices que nos hace el seguir las huellas de Jesús.
Ven, Espíritu Santo, y haznos comprender que la torre de Babel y Pentecostés son la cara y la cruz de una misma realidad: el endiosamiento nos divide, la apertura a tus dones nos une.
Ven, Espíritu Santo, y recuérdanos una y otra vez…
…que unidad no es lo mismo que uniformidad;
…que cada carisma es diferente, pero todos son para el bien de la comunidad;
…que cada vocación es preciosa en sí misma si crea red con las demás.
Ven, Espíritu Santo, convéncenos de que el amor, el servicio, la alegría son los idiomas que todo el mundo comprende y que transforman los corazones.
Ven, Espíritu Santo, haz que invirtamos menos tiempo en hablar de «sinodalidad» y más en tomar de decisiones que posibiliten su puesta en marcha. Amén.
Paso 5. Escuchamos en voz alta nuevamente el pasaje de Pentecostés
Lo proclama una persona del grupo.
Paso 6. Final
Concluimos la oración con el gesto inicial: unimos nuestras manos y hacemos silencio para sentir al otro en profundidad y tomar conciencia de que somos comunidad. También se puede concluir con esta plegaria:
Estamos ante ti, Espíritu Santo, reunidos en tu nombre. Tú que eres nuestro verdadero consejero: ven a nosotros, apóyanos, entra en nuestros corazones.
Enséñanos el camino, impide que perdamos el rumbo. Concédenos el don del discernimiento, para que no dejemos que nuestras acciones se guíen por falsas consideraciones. Condúcenos a la unidad en ti, para que no nos desviemos del camino de la verdad y la justicia.
Esto te lo pedimos a ti, que obras en todo tiempo y lugar, en comunión con el Padre y el Hijo por los siglos de los siglos. Amén.
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