¿Cuál es vuestra historia, qué hay en el origen de Arguments?
Arguments es un portal que ofrece recursos de catequesis. Colaboran sobre todo estudiantes, catequistas, profesores de religión, algún periodista y algún profesor universitario. Cuando empezó solo era un blog de temas muy diferentes, pero poco a poco fuimos concretando en distintos proyectos. El boom fue en 2011, a raíz de la JMJ en Madrid. Sacamos una serie de vídeos y en él empezaron a colaborar muchos de los voluntarios jóvenes que sacan adelante las diversas iniciativas.
La participación de jóvenes en el equipo es manifiesta… ¿cuál es la aportación específica de la gente más joven del equipo?
Somos más de 170 chicas y chicos de diferentes edades, países, culturas y movimientos de la Iglesia. Esto nos aporta dinamismo y variedad en la forma de transmitir el mensaje. Pensamos que la diversidad de sensibilidades y de carismas de nuestros colaboradores nos enriquece mucho. Al mismo tiempo, todos tenemos en común la fidelidad al Magisterio de la Iglesia, que se concreta en la centralidad del Catecismo de la Iglesia Católica como punto de referencia fundamental para todo nuestro trabajo.
¿Es sostenible económicamente un proyecto de este estilo? ¿Incluye mucho voluntariado?
Siempre que proponemos a alguien ser voluntario, le decimos que hay dos reglas: 1) Necesitamos gente sin tiempo y 2) Te subes y te bajas cuando quieras. Esta fórmula doble nos asegura una red amplia de voluntarios, porque la gente no se siente coaccionada a la hora de colaborar. Así, contamos con muchas manos que permiten sacar adelante los diversos proyectos.
Para organizarnos recurrimos a las redes sociales, para comunicarnos y estar al día de todo. Así van saliendo los proyectos, más rápido o más lento, pero van saliendo. En lo que se refiere a dinero, los ingresos son fundamentalmente por donativos y gestiones económicas que se realizan.
¿Cuáles son las posibilidades tecnológicas que vais explorando y aprovechando?
Todas. Hemos usado vídeos cortos, también la animación con la catequesis interactiva, los podcasts… Para organizarnos incorporamos una herramienta llamada Slack, muy útil para trabajo colaborativo.
¿Cómo se complementan y enriquecen los aportes tecnológicos con la necesaria relación evangelizadora de tú a tú?
El mundo virtual no es irreal: es tan real como el mundo físico. Ciertamente, hay una mediación tecnológica, pero —utilizando una imagen del papa Francisco— más vale usar esta mediación como puente y no como muro. Si tienes en cuenta que detrás de cada cuenta de Facebook o Twitter, que detrás de cada vídeo o pantalla, hay personas, los aportes tecnológicos siempre servirán para fomentar la relación evangelizadora del tú a tú. Esto es muy importante para no dejarse llevar por el número de followers ni por el número de visitas a un vídeo.
¿Se puede llamar al seguimiento a Jesús desde las redes?
¡Claro que sí! Vivimos en una época muy distinta a la que vivió Jesucristo. Él navegó por el mar de Galilea para predicar el Evangelio, y nosotros hacemos lo mismo navegando por la web. Las circunstancias son muy diferentes, pero lo cierto es que el mensaje que Jesús nos transmitió mediante los evangelios es siempre el mismo, no varía. Lo único que cambia es el modo de transmitir el mensaje cristiano.
¿Está la Iglesia preparada para una evangelización que aproveche estos nuevos cauces?
Sí. Muchos laicos lo hacemos y poco a poco la jerarquía también las adopta. Benedicto XVI fue el primer papa en tener Twitter, Francisco el primero en estar en Instagram… La Iglesia aprovecha los nuevos recursos para acercar y hacer llegar su mensaje.
Lo que sí es importante es que nos formemos: necesitamos formación sobre el contenido del mensaje pero también sobre la forma, para que ese mensaje llegue de manera eficaz.
¿Qué proyectos futuros tenéis?
Soñamos con muchas cosas… Hemos puesto en una catequesis familiar. Queremos dar a conocer más aún la versión offline de la catequesis interactiva Estamos empezando a trabajar en la traducción de los recursosal inglés… Esta es una de las ventajas en internet: puedes llegar a todo el mundo, pero a la vez desde todo el mundo recibir ayuda para evangelizar en el idioma de cada uno.
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