«Animación» suena a acción, actividad, movimiento… En la vida cristiana necesitamos «animar» sus dimensiones fundamentales: la comunidad, la oración–celebración, la formación y el servicio–compromiso «hacia dentro» y «hacia fuera». Y también necesitamos animar la dimensión vocacional del camino cristiano: somos llamados porque somos amados; y podemos responder en un diálogo continuo con el Señor, en un camino concreto. Todo un reto.
La pastoral o animación vocacional que realicemos será paralela a la cultura vocacional que manejemos. Si entendemos que la cuestión vocacional solo tiene que ver con algunas formas de vida en la Iglesia, nuestra acción pastoral se centrará en promover esas formas de vida concretas. Si, por el contrario, tenemos un concepto muy difuso de lo vocacional en el que puede entrar todo, nuestra acción pastoral también será difusa. Una adecuada «cultura vocacional», que integre unos componentes básicos (gratuidad, apertura al misterio, confianza, generosidad…) con otros más específicos (valoración de las formas de vida cristiana y del discernimiento), nos llevará a una animación vocacional integradora e integral.
En este sentido, la animación vocacional es una cuestión transversal a toda la pastoral a la vez que un quehacer concreto. Desde que comenzamos a hablar de Jesús, estamos hablando de una orientación para la vida; y el eje de toda pastoral está en que cada persona descubra dónde la quiere Dios. A la vez, será necesario habilitar espacios y tiempos concretos que ayuden a avanzar en esa búsqueda.
Para toda animación vocacional son muy importantes tres elementos: la oración, la vida y la acción. La oración, como ruego a Dios para que siga suscitando cristianos vocacionados en su Iglesia, a la vez que como ámbito donde escuchar la llamada de Dios y ofrecerse a responderle. La vida, como testimonio concreto de la respuesta cristiana en general, y de cada forma de vida en particular (seglares, consagrados, ministros ordenados). Y la acción pastoral como puesta en práctica de los dinamismos que ayuden a las personas a descubrir la fe como una propuesta que implica toda la vida para, desde ahí, iniciarse en un camino vocacional concreto.
Esa acción pastoral habrá de concretarse en momentos de anuncio vocacional, donde se trabajen contenidos de cultura vocacional; de propuesta vocacional, o invitaciones concretas para buscar el querer de Dios para la propia vida; y de discernimiento vocacional, o itinerario de clarificación para llegar a orientar la vida.
#VocationChallenge: desarrollar una animación vocacional que haga posible que cada creyente se descubra amado, llamado y con una vocación concreta. ¿Aceptas el reto?
El #Tweet de Francisco: «Todo cristiano debería desarrollar la capacidad de “leer desde dentro” la vida e intuir hacia dónde y qué es lo que el Señor le pide para ser continuador de su misión» (Mensaje para la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones 2018).
Para preguntarME / Para preguntarNOS
- Orar: ¿qué experiencia tienes de vivir la oración como un ámbito de escucha de lo que Dios quiere de ti?
- Vivir: ¿qué testimonios te ayudan o te han ayudado más a orientar tu vida? ¿Cómo puedes ser tú testimonio para otros?
- Actuar: ¿qué acciones de animación vocacional podrías iniciar o fortalecer en tu entorno?
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