“Por encima de todo, vístanse de amor, que es el vínculo perfecto” Colosenses 3:14
El amor todo lo puede, es una puerta al alma y al corazón de cada persona. Una de las manifestaciones más maravillosas del amor es la formación de vínculos, lazos inquebrantables que nos unen a las personas importantes para nosotros, amigos, familia, compañeros. Es el amor el que nos permite vencer en momentos de incertidumbre y valorar lo que tenemos, reconocer que hay motivos y personas por las cuales debemos salir adelante.
La fuente del amor al prójimo es el amor propio, saber quiénes somos, estar conscientes de nuestras virtudes y debilidades y todo aquello que nos vuelve únicos nos permite amarnos desde nuestra propia naturaleza imperfecta, pero perfectible. Es aquí donde el amor de Dios, nuestro Padre, un amor que no juzga, que no ve nuestras flaquezas, sino aquello que nos vuelve irrepetibles e irremplazables, alguien que sabe que podemos fallar, pero siempre dará un voto de confianza.
Es ese el amor que nos transforma, aquel que nos da la certeza de caminar, porque no vamos solos, es ese vínculo de amor y amistad que formamos con Dios, nuestro Padre, el que nos ayuda a encontrar lo mejor de nosotros y nos da el valor para amar y confiar en el otro.
“Amar profundamente a alguien nos da fuerza. Sentirse amado profundamente por alguien nos da valor”.
Lao Tzu.
Alex Alarcón
