AL SISTEMA NO LE SERVIMOS LIBRES
Al sistema no le sirve la función materna, porque no produce bienes económicos.
Al sistema no le sirve un ser humano, le sirve un consumidor.
Al sistema no le sirven humanos criados en amor y respeto, le sirven humanos robotizados y con carencias, pues son los mejores consumidores.
Al sistema no le sirven niños creciendo con creatividad e imaginación, le sirven niños creciendo alienados con pantallas que les dicen cómo debe ser el mundo.
Al sistema no le sirven niños felices jugando en la calle, le sirven niños que piden que compremos más y más cosas.
Al sistema NO LE SERVIMOS LIBRES.
Por eso, nuestra llegada al mundo y crianza son intervenidas, supervisadas, manoseadas, desconectadas, desafectadas, ignoradas, subvaluadas.
Por suerte, podemos despertar.
Y solo sé que, cuando despiertas, es muy difícil volver atrás.
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