Así empieza este texto: Comienza el Evangelio de Jesucristo… La palabra evangelio significa buena noticia. Todo lo que Jesús nos comunica, con su palabra y con su vida, es una buena noticia. Dice a sus discípulos que cuanto nos ha dicho ha sido para que tengamos una alegría plena. Jesús mismo, su persona, es una buena noticia y nos trae una muy buena noticia: que Dios te quiere, que desea que seas feliz y que procures hacer felices a los demás. Dios te quiere, sufre contigo cuando tú sufres y se alegra contigo cuando tú te alegras.
Los contemporáneos de Jesús veían una diferencia entre Juan Bautista y Jesús. En Juan Bautista veían que era muy buena persona, muy austero, exigente consigo mismo, y recordaba a la gente que eran pecadores, que tenían que convertirse y bautizarse para ser perdonados. Pero el propio Juan Bautista reconoce que él no hace más que dejar sitio a otro más grande que él, que es Jesús.
La persona y el modo de proceder de Jesús desbordaba la mentalidad de Juan, sin desautorizarla. Jesús acogía a los pecadores y comía con ellos. No le importaban las críticas de los considerados buenos, los cuales despreciaban a quienes no eran como ellos. Jesús les hace ver que ha venido para todos y que para él nadie está perdido. Siente, además, como propios los problemas de la gente; por eso, consuela, cura, defiende al pobre, busca la felicidad para todos.
La tentación del Bautista era aferrarse a lo que ya dominaba e ignorar lo nuevo que llegaba. Se precisa de su humildad para perder protagonismo y dejar paso al que viene. Demasiadas heridas se producen por no reconocer en la práctica que el tiempo pasa y cambian las circunstancias, los contextos, las exigencias del momento, la necesidad de personas distintas. Hay que saber dejar paso como Juan Bautista: detrás de mí viene el que puede más que yo
Esté en primer plano o en segundo, el Bautista sabe que tiene que preparar el camino al que viene, allanar sus senderos. Es un mensaje para todo seguidor de Jesús: facilitar los caminos, ayudar a las personas a encontrar la senda que conduce a una vida mejor, a esperar al auténtico Salvador. Sin ser necesariamente superfigura, se puede discretamente tender puentes, allanar dificultades, acoger amablemente, unirse en la superación de escollos, ayudar y orar por los que tienen que pasar por caminos empedrados…
Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios,
Está escrito en el profeta Isaías: “Yo envío mi mensajero delante de ti / para que te prepare el camino. / Una voz grita en el desierto: / Preparadle al camino al Señor, / allanad sus senderos”.
Juan bautizaba en el desierto: predicaba que se convirtieran y se bautizaran, para que se les personasen los pecados. Acudía la gente de Judea y de Jerusalén, confesaban sus pecados, y él los bautizaba en el Jordán. Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y proclamaba: “Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero Él os bautizará con Espíritu Santo”. (Mc 1,-8)
Te interesará también…
Newsletter
últimos artículos
Y tú, ¿qué buscas? Ven y Verás – Xabi Sierra
Han pasado las navidades y ya se nos está pasando ese subidón de felicidad, los ojos ciegos que solo miran nuestra comodidad se van abriendo de nuevo para ver que el mundo sigue. Sigue muriendo gente en guerras por el capital, por medio de las armas que nosotros les...
2º domingo B, Jesús y los primeros convocados – Juan Carlos de la Riva
JESUS CONVOCANTE (Jn 1, 35-50) PASTORAL SEGÚN JESÚS, parte 1 (para los que empiezan a liderar) Jn 1, 35-50 TÚ COMO JOVEN TÚ COMO ANIMADOR DE LA FE DE OTROS JÓVENES Al día siguiente, Juan estaba allí otra vez con dos de sus seguidores. Cuando vio pasar a Jesús...