Qué sentido tiene la iglesia – José Fernando Juan

La pregunta por el sentido de algo –conscientes o no de ello- trata de que en esa realidad haya o no algo más que “sí misma”. Es decir, que refleje, señale, invite y especialmente obligue a mirar más allá. Insisto, especialmente exija algo más que sí misma.

Le pasa a la Iglesia hoy y lo sufre en primeras personas. Decimos que la Iglesia tiene sentido cuando no vive para sí misma. O es transparente y empuja hacia el Misterio y Dios que la fecunda, o empaña la mirada y quien la contempla no ve nada salvo su estructura, interés y egoísmo. Porque, en el fondo, se las ve con esto: ¿Es la Iglesia una instancia egoísta y ególatra, volcada sobre sí de tal modo que el absorbe a cualquiera que empuje hacia el Otro? ¿Queda la Iglesia justificada por sí misma o recibe su fundamento y belleza fuera de sí misma? Invito a acercarse y ver por uno mismo.

Mucho me temo, y mucho me preocupa, que se hable tanto de la Iglesia sin hablar ni un solo momento de Dios. Dicho de otro modo, que se suprima socialmente su sacramentalidad hasta tal punto que no haya más que iglesia minúscula en el mundo, junto a otras muchas instituciones que solo vean por su salvaguarda.

Quienes hemos vivido algo diferente de tanta crítica, por casualidad para unos y por gracia para otros, somos incapaces de mirar la Iglesia como algo que no sea la comunidad de creyentes, que viven su fe y sostienen con esa misma vida el amor más radical posible. Un cristiano, y conozco a muchos en este sentido, dice ser amado por Dios. No por cualquier dios, no por una idea, ni un dogma, ni una norma. Un cristiano dice ser amado siempre en presente y contemporáneamente con el Cristo muerto y resucitado. Y preñado de ese Espíritu que Él entregó, vivir confiadamente la paternidad y maternidad de Dios, la fraternidad universal con toda persona. Algo así, es imposible vivirlo sin Iglesia, en la mera soledad. Es imposible ser cristiano y no crear Iglesia.