Uno no es más que el otro, Lc (18, 9-14) – 27 de octubre

Lectura del santo evangelio según san Lucas (18,9-14):

En aquel tiempo, Jesús dijo esta parábola a algunos que se confiaban en sí mismos por considerarse justos y despreciaban a los demás:
«Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior:
“¡Oh Dios!, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo”.
El publicano, en cambio, quedándose atrás, no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo:
“Oh Dios!, ten compasión de este pecador”.
Os digo que este bajó a su casa justificado, y aquel no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».

Comentario

No somos más justos que los demás, (ni mejores ni peores) despreciar a otros pensando que somos mejores es una tentación que nos puede surgir, pero de poco nos puede valer. Hemos de reconocer humildemente que nosotros no nos salvamos porque seamos buenos, ni por nuestras obras, sino porque Dios es bueno y es misericordioso y nos perdona y nos quiere.

Reconocernos de la misericordia (el perdón) y la bondad (la ayuda a los demás, nuestra misión) de Dios es situarnos correctamente en relación con Dios y también con los demás; sin creernos superiores a otros; al fin y al cabo, todos somos hermanos y hermanas.

Adaptación: radiopalabara.org