En sus redes

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Santiago Casanova
@scasanovam

RPJ - 524 - Somos + - En sus redes

«Hago una invitación urgente a un nuevo diálogo sobre el modo como estamos construyendo el futuro del planeta. Necesitamos una conversación que nos una a todos, porque el desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos interesan y nos impactan a todos. El movimiento ecológico mundial ya ha recorrido un largo y rico camino, y ha generado numerosas agrupaciones ciudadanas que ayudaron a la concientización. Lamentablemente, muchos esfuerzos para buscar soluciones concretas a la crisis ambiental suelen ser frustrados no solo por el rechazo de los poderosos, sino también por la falta de interés de los demás. Las actitudes que obstruyen los caminos de solución, aun entre los creyentes, van de la negación del problema a la indiferencia, la resignación cómoda o la confianza ciega en las soluciones técnicas. Necesitamos una solidaridad universal nueva. Como dijeron los Obispos de Sudáfrica, “se necesitan los talentos y la implicación de todos para reparar el daño causado por el abuso humano a la creación de Dios”. Todos podemos colaborar como instrumentos de Dios para el cuidado de la creación, cada uno desde su cultura, su experiencia, sus iniciativas y sus capacidades» (Papa Francisco, Laudato si)

Claridad meridiana la del papa Francisco. Los jóvenes tenemos mucho que decir en este campo y, ciertamente, estamos sensibilizados ante los problemas que tenemos en un planeta que nos han dado como herencia los que han vivido antes que nosotros. Solo podemos arremangarnos y colaborar. Las redes sociales e internet pueden ser un buen camino para ello:

1- Comparte en tus perfiles actitudes, decisiones y opciones que ayuden a cuidar el planeta y a plantear otra manera de vivir.

2- Da voz a los que ya están trabajando. Apoya, difunde, comprométete a que llegue a todos el esfuerzo de unos pocos para que haya más brazos ayudando.

3- Y muestra la grandeza de la creación en las fotos, los vídeos, etc. que compartes. La belleza de la naturaleza, sin duda, nos lleva a Dios.